Entonces, si la desaparición es un hecho patente y latente, ¿qué hacer con la vida?, ¿qué se quiere de la vida?, ¿qué es el vivir? Si se piensa detenidamente, no es la muerte la que atormenta el hombre, éste es un hecho del que nada ni nadie podrá escurrirse, pero el de qué hacer con la vida sí podría significar una interrogante más complicada, ya que para vivir la vida no se tiene preparación, para los asuntos de vivir la vida no se tiene un antecedente, un error y esa vida se puede transformar en una sucesión de momentos escalofriantes que impidan lo que sin duda buscan todos los individuos mientras circulan en la extraña situación que es la existencia, la felicidad.