Es de esperarse, como sucede en éste tipo de sucesos, que la población reaccione de diversas maneras. Algunas hablan de fanatismo religioso, otras de intervencionismo norteamericano, con solidario patriotismo y, aquellas que han visitado la ciudad de las luces, con tristeza. Algunas otras, las que más cerca estuvieron de los actos, con problemas para dormir, con pesadillas, agitación, ansiedad y enojo, mucho enojo. Los franceses y otros europeos, comenzaron a presentar un alerta y sospechas excesivas, particularmente hacia extranjeros sirios desplazados por la guerra que allá sucede. La discusión sobre lo sucedido genera comentarios encontrados entre la población local y hay quienes comparan dicho evento, con lo que ha sucedido en nuestro país.