Si los hombres tienen el poder de escribir su historia, si tienen la libertad de decidir y de pensar en lo que mejor les convenga, es un asunto de reflexión el por qué hay tantos individuos descontentos con sí mismos, individuos que no tienen la profesión que desean, que no son lo que aspiran, que no son felices, que no saben lo que son y lo que quieren, ignorantes de esa vida que maravillosamente se les presentó. Sin duda, saber lo que se es y lo que se quiere es la principal tarea de los seres humanos, conocerse a sí mismos, buscar en el interior de los espíritus la misión que Dios y el corazón dicta para cada unos de los seres, caso del inmortal guerrero aqueo Aquiles, hijo Tetis y Peleo, quien decidió morir joven y lleno de gloria a vivir una larga vida sin ningún merito, una vida que se cegará como muchas de las tantas que caerán en el olvido, pues lo que probablemente tenga más repercusión en la conciencia histórica humana no sean las riquezas y los tesoros, sino las acciones, los actos que hacen que los seres humanos tengan cercanía con los dioses.