El tema esencial aquí es algo que hemos repetido en estas páginas y que muchos colegas han reiterado. Las violaciones a los derechos humanos, los escándalos de corrupción y la falta de seguridad jurídica, sobre todo para las propiedades, es decir, para las inversiones, los contratos, las transacciones, no es sólo un reto abstracto académico, sino que tiene repercusiones muy directas para la sociedad mexicana. Reitero lo que varios ya han dicho: México crece en promedio un 2.5% anual, con una tasa de inversión sobre PIB de aproximadamente 20-21%. Para crecer al 4.5-5%, todo parece indicar que además de otras cosas, tendríamos que invertir a 26 o 27% al año. Esa inversión adicional, dada la astringencia de las finanzas públicas, sólo puede proceder del sector privado, nacional o extranjero. Y como el sector privado mexicano también tiene grandes reticencias para invertir en el país, y cada vez más orienta sus actividades hacia el exterior una parte importante de ese incremento en la inversión privada tendrá que venir de fuera.