Se cumplen este 5 de febrero de 2017 los primeros cien años de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que nació en la ciudad de Santiago de Querétaro, capital provisional de la República por mandato del entonces Presidente Venustiano Carranza.
Lejano del hecho histórico, este aniversario constituye un momento de reflexión sobre el documento fundamental que da vida a la organización social de los mexicanos, que nos otorga derechos y obligaciones, que da vida a las instituciones de la república y que debiera ser el instrumento garante de un desarrollo pleno para cada uno de los habitantes de nuestra Patria.
La Constitución recoge los anhelos del pueblo mexicano, las esperanzas de los diversos sectores de la población, los sentimientos de los grupos que en muchos momentos de nuestra historia no han sido tomados en consideración. Es la manifestación plena del ideal de los mexicanos.
A cien años del nacimiento de este documento, se puede y se debe de hablar mucho del mismo. La Constitución Mexicana fue la primera constitución con un carácter eminentemente social, al incorporar dentro de sus artículos los postulados con los que había surgido años atrás la Revolución Mexicana, esas ideas de una verdadera justicia social, se ven plasmados en el texto constitucional. La idea de un reparto agrario, la idea de una verdadera jornada de trabajo, la idea de una verdadera educación, la idea de la verdadera representación del pueblo en los órganos de gobierno, son las algunas de las bases sobre las que se creó esta norma.
Si bien es cierto, la Constitución de 1917 no es una constitución nueva puesto que reforma la Constitución de 1857, esta reforma hizo en su momento que la Carta Magna tuviera un punto final a las luchas internas que teníamos los mexicanos y que lejanos de las armas de fuego, tomáramos las armas de la justicia y del progreso en la búsqueda de un México mejor.
Santiago de Querétaro fue el lugar en donde los ideales del pueblo mexicano se consolidaron; el Teatro de la República fue el lugar elegido para que el Constituyente diera a conocer el documento que los mexicanos habían encargado a los hombres que dejando a un lado sus familias, sus negocios, sus profesiones, dedicaron varios meses para trabajar y entregar el documento que ahora celebramos.
A cien años de distancia, la figura del Presidente Venustiano Carranza, de todos los congresistas y de los que de alguna forma con sus ideas, principios y esfuerzos lograron la Constitución de 1917, son recordados con gratitud.
Los queretanos, de manera especial, recordamos a nuestros constituyentes: a Juan Nepomuceno Frías, a José María Truchuelo y al gran sanjuanense don Ernesto Perusquía Layseca, quien fue el primer gobernador de Querétaro después de la proclamación de la Constitución de 1917, y a la vez dio a nuestro estado su propia Constitución precisamente hace 100 años.
Mencionaba el Presidente de la República al terminar la sesiones del Congreso Constituyente lo siguiente: “Ahora solo nos queda la obligación de ir a la práctica de la ley suprema que acabáis de sancionar, llevándola en nuestras manos como la enseña que nos hará grandes, justos y respetados entre los demás pueblos de la tierra, que nos traerá la paz y la prosperidad, y que acabando con todas nuestras rencillas, con todos nuestros odios intestinos, nos llevará a vivir la vida tranquila de los pueblos libres, por el respeto a la libertad y al derecho de cada uno.”
Tenemos mucho trabajo los mexicanos por ver consolidados los principios constitucionales. Nuestra primera obligación debiera ser conocer nuestra Constitución, a cien años de su nacimiento un buen regalo es tener en nuestra casa un ejemplar de la ley suprema de los mexicanos, debemos intentarlo y heredar a las futuras generaciones una verdadera sociedad regida por una verdadera constitución para el bien y desarrollo de la Patria.
Comentario al margen: los mexicanos también el día 5 de febrero recordamos a San Felipe de Jesús. Su celebración era una de las fiestas principales en el México virreinal y en los primeros años del México independiente, desafortunadamente los liberales del siglo XIX coincidieron el nacimiento de la Constitución de 1857 con la fiesta del primer santo mexicano. Ojalá en la memoria del pueblo quede presente el recuerdo de un gran mexicano que ha sido venerado por siglos en nuestra nación.