Sobre la base de que ningún acuerdo de paz se firma para ir a prisión, la mayoría de los colombianos aceptó hace cuatro años que el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) empezaran a negociar, no como lo hizo el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) con los principales jefes del narcotráfico, pues les pidió a cambio que se entregaran, pagaran ocho años de cárcel, reconocieran sus delitos, devolvieran su fortuna para resarcir a las víctimas y no reincidieran.
Uribe era una especie de Dios, y la gente pensó en evitar un mayor derramamiento de sangre.
La gente “olvidó” los cientos de “falsos positivos” que se dieron en su período presidencial, las “chuzadas” a funcionarios que no compartían las ideas del mandatario, el desfalco a las instituciones del Estado. Como también, el trato inhumano a la gente común, que vio como se le aumentaba la edad de jubilación, le mermaba las pensiones y le quitaba horas extras. Mientras, los congresistas aumentaban sus mesadas de manera exorbitante.
El Centro Democrático (CD), grupo político creado por Uribe con el fin de mantener el poder, vendió la idea de que su líder era un hijo de algún dios del Olimpo. Todo lo que decía era un axioma y no había necesidad de comprobarlo. Fracasó en su intento.
El gobierno, tras conseguir un acuerdo con el grupo insurgente de las FARC, hizo un plebiscito para refrendarlo. Eso le valió una derrota, porque pensó que la gente saldría a votar. No fue así.
Además, el CD le hizo creer a las personas de más edad, las que más votan, que, de apostar por el ‘SI’, la guerrilla tomaría el poder y cerraría las iglesias católicas. Conquistó a un público que le compró esa idea.
El presidente Santos no se rindió, escuchó las recomendaciones de la oposición y consiguió la renegociación con las FARC.
En ese periodo, Santos obtuvo el Nobel de la Paz por su tenacidad. El galardón le fue entregado el pasado 10 de Noviembre en Oslo, Noruega.
Ese hecho hizo que el Centro Democrático circulara de inmediato la versión de que el Nobel fue comprado.
El calumnioso comentario hizo que la primera ministra de Noruega, Erna Solberg, respondiera que los premios Nobel se elijen a través de un comité independiente con un alto nivel de integridad.
Eso cierra cualquiera discusión, pero gabrá que esperar qué sucede luego de que el CD pusiera en duda la llegada de una paz total.