Jake Olsen: El jugador que nadie vio venir…

Diego Arrioja

Periodista deportivo. Radica en Seattle desde hace 5 años. Trabaja para ESPN y Univisión. Ha cubierto la Copa del Mundo en Brasil y cinco temporadas de la NFL, entre otros eventos.

El deporte es de momentos, y este fin de semana vimos quizá uno de los mejores momentos en la historia del futbol colegial de los Estados Unidos y por eso les quiero compartir esta pequeña historia…

Una de las universidades más reconocidas de Estados Unidos es la de la universidad del Sur de California, mejor conocida como USC. Esta universidad cuenta con uno de los mejores programas del futbol colegial, los “Trojans”, que cuentan con más de 12 títulos a nivel nacional y con el mejor promedio de adquisiciones de jugadores que llegan a la NFL. La historia de esta semana tiene que ver con uno de sus jugadores, Jake Olsen, con 18 años de edad, debutó como centro (snapper) con una gran distinción; lo hizo sin poder ver.

Jake ha tenido una vida bastante complicada, desde pequeño perdió la vista por un raro cáncer que afecta directamente a la retina, mejor conocido como ‘retinoblastoma’. Esto le afecto cuando tenía 10 meses de edad por lo que le removieron el ojo izquierdo, tras años y años de tratamiento los doctores decidieron removerle el ojo derecho a los 12 años de edad por lo que se quedó totalmente ciego.

Justamente semanas antes de la operación para removerle el ojo derecho, Jake fue a visitar el vestidor de los Trojans antes de un partido y salió con el equipo, corriendo por el túnel a un lado de sus ídolos, algo que sin duda lo marcaría de por vida. El futbol americano lo estaba llamando a pesar de su condición. Participó como titular con su equipo de preparatoria, Orange Lutheran High School, en el condado de Orange en California con la peculiaridad de siempre correr por el campo con un compañero que lo guiaba para dirigirlo a cada jugada.

Este fin de semana lo hemos podido ver cómo fue parte de una jugada con su equipo de USC para la victoria de 49-31 sobre Western Michigan. Una oportunidad única para un atleta que se encuentra discapacitado por su condición pero que ya ha hecho huella en la institución y en la historia de este deporte. ¡Enhorabuena Jake!