Lo único cierto en Venezuela es que hay hambre y que el síndrome se extiende a la frontera con Colombia, porque el Gobierno del presidente y Nobel de Paz, Juan Manuel Santos, no cerró fronteras para evitar que el ejército de pobreza llegara el país.
Cuestiones humanitarias, intereses políticos o indiferencia por la suerte que viven los habitantes de la zona de frontera, donde las autoridades civiles nacionales y locales no fueron capaces de atisbar las repercusiones que se venían encima ante la afluencia desordenada de legiones de venezolanos, huyendo de su país o de connacionales que querían regresar después de permanecer 30 años o más en el país del joropo, Simón Bolívar y Simón Díaz, con las manos vacías.
Las repercusiones podrían ser más fuertes si el precio del barril de petróleo vuelve a bajar.
Se ha dicho que Rusia bajará los precios ante el aumento desmesurado de sus reservas, lo que va en contravía con el acuerdo firmado con Arabia.
Con el clima político revuelto por el interés de salvar la paz pactada con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), después de más 50 años de insurgencia, y de los detractores de la misma obstinados en que no se protocolice como bandera de campaña para las próximas elecciones, apoyados en un lenguaje populista y demagógico, el país se encamina a un abismo peor que el de su país vecino, si no se toman a tiempo urgentes correctivos.
Claro que si los supuestos correctivos son como la decisión que tomó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de nombrar al mayor general de la Guardia Nacional, Manuel Quevedo, para dirigir a la otrora poderosa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y el Ministerio del Petróleo para redireccionar su manejo para combatir la corrupción, entonces es mejor pensar que todavía pueden venir cosas peores.
Porque Manuel Quevedo nunca ha trabajado en el sector ni estudio para ello.
En el fondo, el deseo presidencial es seguir consintiendo a los militares, quienes son los únicos que lo pueden derrocar por el poder de las armas.
Diabólico, pero cierto.