Estos desarrollos según documentación de Richard Marosi (2017), construidos sobre suelos de cultivo y no aptos para construcción, no han cumplido su misión en dar calidad de vida, ya que carecen de espacios dignos, servicios y mantenimiento. Algunos presentan inundaciones y otros carecen de servicios como agua, luz, infraestructura, y accesibilidad a la ciudad. Muchas de las empresas constructoras -negligentes y corruptas- se declararon en bancarrota en 2014, dejando a las personas con deudas bancarias, que cada mes aumentan con casas que han perdido el valor, y por lo cual les descuentan cerca de 25 por ciento del salario. Lo más increíble es que constructoras a nivel nacional no comentan sobre estos desarrollos; se dice que son más de 50 en lugares como Veracruz, Tijuana, Estado de México, Ensenada y más.