Hay gobiernos que son muy buenos para entretener a sus pueblos, o si no miren, los casos de Colombia, Venezuela, Estados Unidos y Corea del Norte. El 30 de diciembre, en Colombia, el Gobierno de Juan Manuel Santos anunció que se había concertado, con empresarios y trabajadores, un salario mínimo para 2018 de $781.242, tras un aumento de 5,9 por ciento, mientras que el subsidio de transporte quedó en $88.211 mensuales
El incremento no satisfizo a los trabajadores, quienes prometieron para los próximos días una protesta nacional para mostrar su inconformidad al considerar que el aumento es muy poco frente a lo que gastan o lo que van a desembolsar ante el eminente incremento de los pasajes del transporte urbano. El alza de la gasolina implicaría un aumento en los precios de los productos básicos de la canasta familiar.
Pero ahí no acaba todo. La ministra de Trabajo, Griselda Restrepo, aseguró que dudaba que el nuevo salario mínimo fuera suficiente para atender las necesidades. Esa declaración es una cortina de humo que va a generar mucha roncha. En Venezuela, el pernil que no llegó a tiempo para la fiesta de Navidad o de Año Nuevo sirvió para que el presidente Nicolás Maduro señalara que todo fue un complot contra su Gobierno, lo que oculta la escasez de recursos y el cierre de las empresas que tenían en el pasado cercano el suministro de las mencionadas piezas.
Lo cierto es que en Venezuela hay problemas más graves que ese, pero se llegó la oportunidad y se va aprovechar la cortina de humo para distraer la atención del público.
Finalmente está el caso de Corea del Norte y Estados Unidos. Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos, tuiteó para que los informantes de su homólogo de Corea del Norte, Kim Jong-Un, le informaran que él también tiene un botón nuclear, que es mayor y más poderoso que el suyo y que además el suyo sí funciona. Esto, en alusión a la aseveración del líder norcoreano que dijo que el botón nuclear está siempre en su escritorio.
Esta bravuconada es, para muchos, otra cortina de humo.