El día de ayer, 1º de Octubre del 2018, con un giro inesperado por la naturaleza de la convocatoria, el ciudadano Luis Bernardo Nava tomó protesta como Presidente Municipal de Querétaro en las instalaciones del Centro Cívico.
Con la finalidad de agotar todas las instancias ante el órgano jurisdiccional en materia electoral y ejerciendo su derecho, Adolfo Ríos llevó hasta la última palabra la dirección de la alcaldía.
El curso legal lo definió el Tribunal Electoral del Estado de Querétaro al declarar que el prospecto blanquiazul era el ganador en el reciente proceso democrático. El contendiente de Morena, acudió a la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en Monterrey aduciendo que el Presidente Municipal Interino, Enrique Correa, había apoyado públicamente al candidato del Partido Acción Nacional (PAN).
Habían logrado los interesados algo histórico: el voto a favor para declarar la nulidad de las elecciones; provocando una nueva emisión de sufragio, la liberación de presupuesto para campañas y, por ende, retomar el bombardeo mediático que tanto le cuesta al pueblo queretano.
En términos ley y en el plazo estipulado para formular impugnaciones, el PAN solicitó la intervención y reconsideración del proyecto de sentencia ante los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, instancia máxima para hacer valer lo que conforme a derecho convenga. El domingo 30 de septiembre, se confirma la validez de la elección y, por tanto, la victoria de Luis Nava.
¿Cuál es a reflexión de lo acontecido? Considero que la administración entrante está obligada a legitimar su actuar en las filas gubernamentales debido al encuentro litigioso que acaba de librarse. Reconstruir el tejido político-social de la ciudad capital debe ser un punto importante en la agenda del edil en funciones.
Es evidente que hay un grupo de inconformes por esta resolución, la duda sigue presente y se necesitan acciones firmes para respaldar la decisión de los juzgadores. Que sea por el bien de los habitantes, deseando que el equipo de transición sepa administrar de manera eficiente las finanzas públicas para seguir siendo un municipio clave y con estabilidad para el resto de la república.