Aunque para el colectivo social mexicano la victoria electoral de los demócratas sobre Donald Trump puede tener un dulce sabor a revancha, es importante entrar a detalle sobre qué realmente significa dicha victoria y los impactos que puede tener para México.
En las pasadas elecciones legislativas intermedias, los demócratas obtuvieron 218 asientos en la Cámara de Diputados de EUA, con lo cual se aseguran una mayoría en la misma. Los republicanos conservaron el control de la Cámara de Senadores con lo que controlarán aún cambios y acciones que requieran votos de ambas cámaras, pero no podrán impedir que los demócratas a su discreción ejerzan las facultades exclusivas de la Cámara de Diputados.
En términos de giros en la política de EUA es poco lo que se podrá hacer. Esto por la razón obvia de que la Cámara de Senadores, el otro órgano del Congreso, así como la Casa Blanca, el brazo ejecutivo de EUA, sigue en manos de los republicanos. Lo que sí es que probablemente desde la Cámara de Representantes se lanzarán diversas investigaciones en contra de Trump y su Gobierno y se obtengan las declaraciones fiscales del presidente Trump. También es probable que bloqueen la agenda legislativa del presidente Trump, incluyendo –y es aquí donde está la mayor relevancia para México– no aprobar el T-MEC.
Ya los demócratas han indicado que no aprobarán el T-MEC en su versión actual, pues consideran que no tiene las medidas necesarias para obligar a México a cumplir sus compromisos en materia laboral. Recordemos que parte de los compromisos adoptados en el T-MEC es que (i) al menos 40-45 por ciento de un auto haya sido fabricado por empleados que ganan 16 dólares por hora, (ii) que México reconozca efectivamente el derecho a la libre negociación laboral colectiva; y (iii) que México elimine la discriminación laboral. Actualmente, si se considera que México no cumple con estos compromisos, se le podría castigar con la imposición de aranceles más altos y/o llevarlo ante las instancias de arbitraje previstas en el Tratado, pero los Demócratas consideran que esos no son mecanismos adecuados.
Es decir, a pesar de que los demócratas han públicamente apoyado al Gobierno de México durante el endurecimiento de posiciones que ha tomado Trump contra nuestro país, potencialmente podrían tomar esta posición adversa a México por resultarles más rentable políticamente ante su base electoral. De ser este el caso, el éxito de los demócratas podría ser una victoria pírrica para Méxicom pues quedaríamos de nuevo en la zozobra sobre si tenemos o no un tratado de libre comercio de larga duración con nuestro mayor socio comercial. En otras palabras, tal vez desde México tengamos que decirles a los demócratas… ¡No me ayudes compadre!
Pal gordito… Si visitan NYC y tienen antojo de malteada, es parada obligatoria ir al MilkBar en la 56 y probar alguna de sus poco convencionales bebidas.