El día de mañana inician las posadas, que son una de las tradiciones más arraigadas en nuestro país, con una antigüedad que pasa los 400 años y que se han arraigado ampliamente en la cultura mexicana y en la tradición de la época navideña.
Las posadas no es otra cosa que el novenario de preparación a la solemnidad de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, la cual se celebra el día 25 de diciembre. En el México virreinal surgió la idea de realizar estas celebraciones en las tardes-noches, mezclando una antigua tradición que eran los festejos al dios Huitzilopochtli (Dios de la Guerra) que coincidían con la Navidad cristiana.
En el año de 1587, fray Diego de Soria, religioso de la Orden de San Agustín y prior del convento de Acolman en el hoy Estado de México, solicitó y obtuvo del papa Sixto V, una bula para la celebración de las llamadas “misas de aguinaldo”, las cuales se deberían celebrar del 16 al 24 de diciembre, (actualmente, en muchos lugares, por cuestiones prácticas se celebran del 15 al 23 de diciembre). Estos festejos tenían como característica principal la celebración de una misa en la tarde, que no se podía realizar normalmente, y una procesión en los enormes atrios de los conventos o de las iglesias, recordando la búsqueda de posada de la Virgen María y del San José; un festejo que se complementaba con piñatas, cantos y comida.
Por mucho tiempo, las posadas fueron solamente celebradas en los interiores de las iglesias, pero con el tiempo, esta celebración paso a las casas, a las calles, a las vecindades, a las plazas públicas, convirtiéndose en una verdadera fiesta popular, sin perder en muchos de los casos su sentido espiritual.
Lo mismo sucedió en San Juan del Río, en donde las posadas tradicionales se realizaban en los templos o en las hermosas casas virreinales de la ciudad y que constituían verdaderas fiestas donde se reunían las familias sanjuanenses en un ambiente de convivencia y de alegría.
Fue en los años cincuenta del siglo pasado, gracias a la iniciativa del padre Manuel Pérez Esquivel, que las posadas se comenzaron a realizar en las calles de nuestra ciudad, constituyendo una de las tradiciones más hermosas de San Juan del Río, en donde cientos de familias en esos nueve días disfrutan un verdadero ambiente familiar y un momento de convivencia, en vísperas de la gran fiesta de la Navidad.