Reanudaremos el tema de productividad en las ciudades de América Latina y del Caribe (ALyC), que superan el promedio global en cuanto al nivel de desempeño en actividad económica, pero de ninguna manera, alcanzan a países de primer mundo, porque sus municipios o ciudades son vulnerables en su forma, además de no lograr la provisión de bienes y servicios, por el ineficiente e inasequible transporte.
Es ejemplo real, todas nuestras carreteras mexicanas, que llevan estancadas casi cinco décadas, en calidad e ingeniería, siendo que en los 60’s, estábamos al mismo nivel que el Norte de África, y hoy, superan, en calidad y conexión.
Lo mismo sucede en nuestras ciudades, las decisiones y políticas públicas, muchas veces, se trazan y ejecutan a corto plazo en la administración -por eso el rezago, se va acumulando- y aunque existan, beneficios económicos a corto plazo; si no cambiamos el planear a largo plazo, seguirán los problemas.
En definitivo, tampoco creo que es motivo, para seguir discutiendo ciudadanos -que necesitamos planeación a largo plazo- y gobiernos -que buscan a corto plazo-, si no demostrarles a las autoridades, que el beneficio que ellos quieren momentáneamente durante su gobierno, lo pueden generar enfocándose a generar productividad a largo plazo.
Teniendo habilidades los ciudadanos, redes de transporte, no faltaran tomadores de decisiones, proponiendo: “subamos la densidad de la población, en la ciudad”, y ¿Cuántas veces no han tomado ese objetivo, para hacinar a la población, y saturar servicios?
Indudablemente, ellos deberán visualizar, que todas las ciudades no son iguales, para generar productividad, ya que análisis de Banco Mundial obtuvo, que subir la densidad poblacional, para subir la productividad, fue de impacto nulo; hasta contraproducente, sobre todo en ALyC.
Es decir que, la productividad laboral, en nuestra ALyC, es menor en las ciudades grandes, que en las pequeñas.
¡Si!, somos diferentes, y mientras no lo aterricemos, la población sufrirá de hacinamiento, queriendo adaptar a la población en decisiones erróneas y ajenas.