En Colombia, donde las protestas llegaron en el penúltimo mes, profundizaron la brecha entre el Gobierno y los jóvenes
Pedro Jáuregui
El director gerente de Operaciones del Banco Mundial, Axel van Trotsenburg, señaló que, “tras las protestas en América Latina, no solo hay desigualdad: hay personas excluidas del futuro”, o sea que no tienen futuro.
Esta sentencia es muy elocuente, porque no viene de un castrochavista del foro de Sao Paulo, sino de un alto funcionario del Banco Mundial que pone al descubierto que se debe buscar con mayor atención una explicación al descontento social generalizado en América Latina.
En Colombia, donde las protestas llegaron en el penúltimo mes, profundizaron la brecha entre el Gobierno y los jóvenes, crece la incertidumbre sobre lo que puede pasar a comienzos de la segunda semana de 2020, porque el Gobierno aprovechó el fin de año para aprobar una reforma tributaria que ataca la clase media.
La propuesta presidencial en materia tributaria generó indignación porque desconoció el inconformismo social y está contra todos los pronósticos, en medio del rechazo ciudadano y la opinión adversa de los expertos.
Los reclamos no son un capricho, porque a la luz de la verdad el Gobierno y el Congreso le mintieron al país y le hicieron una jugada que conduce al detrimento social, con la gravedad que se hizo con arrogancia, soberbia y poco sentido común.
Los colombianos son conscientes de que se les quita de los bolsillos muchos billones de pesos y a cambio se les da caramelo como tres días sin impuesto al valor agregado, IVA, lo cual resulta miserable, tacaño y deshonesto frente a los billones que la propuesta les quita.
La reforma tributaria se convierte en algo histórico porque por primera vez los ricos reciben un cheque por más de 8 billones, casi 9 billones de pesos con cargo a la gente más vulnerable, y desde luego la clase media será la que pagará los platos rotos de los compromisos gubernamentales con los acaudalados.
La conclusión es que la tributaria, se aprobó para pagar favores con la excusa que va a generar más empleos cuando lo cierto es el éxodo de empresas para países de la región andina o el Caribe.