No podemos conservar una posición neutral cuando se contraviene la dignidad humana en el calor de la conversación
Sergio Arellano
Un aplauso al Congreso del Estado de Querétaro. Cuando escuchamos alguna noticia o leemos las notas periodísticas, siempre presenciamos un espectáculo. Unos contra otros. La gente se muestra escéptica en las decisiones gubernamentales porque cuando nuestros representantes populares inician una campaña mediática de insultos, afrenta, maroma y teatro; decidimos no ser parte.
Pero aquí está el error. No podemos conservar una posición neutral cuando se contraviene la dignidad humana en el calor de la conversación. Intolerancia, prepotencia y un toque de desconocimiento, como principales ingredientes. Generalmente, los discursos de odio están dirigidos a grupos en situación de vulnerabilidad, entre los más recurrentes: diversidad sexual, migrantes, mujeres, afrodescendientes, indígenas y adultos mayores.
Pero no podemos olvidar que, en este tipo de discursiva, pueden estar involucradas ciertas acciones que vulneran la libertad de expresión, promueven la violencia de género o una polarización por una postura política.
Lamentablemente, llegar a un consenso común sin discriminación, agresión o denostaciones, es muy complicado. Las redes sociales han multiplicado los lazos de comunicación, pero también, ha aumentado la estigmatización y los estereotipos presentados como “bromas”.
Sin mencionar que, muchos de los comentarios se realizan en el anonimato. Por eso el elogio a la legislatura local, particularmente al diputado Raúl Chávez y a las diputadas Daniela Salgado y Beatriz Marmolejo; en colaboración con la organización S.O.S. Discriminación. Si se propone reformar y aprobar los cambios en el Código Penal de nuestra localidad, tendríamos una manera de observar el debate público y sancionar, en el caso concreto, a quienes incurran en la afectación verbal, emocional y psicológica hacia un tercero.
Los grandes cambios en una comunidad se realizan a través del diálogo y la expresión de ideas. Si estamos en la búsqueda de un gobierno abierto, participativo y con la mayor transparencia posible -en sintonía con el mandato constitucional- mejorar las líneas de interacción entre gobierno y sociedad, será muy positivo para la formulación de propuestas legislativas o políticas públicas. Enhorabuena.
GCS