La donación de tres predios para el nuevo aeropuerto de Santa Lucía, en Colón, San Juan del Río y Corregidora serían un hecho
Pulso Político
Los festejos por el primer aniversario de la creación de la Guardia Nacional quedaron guardados en el cajón; para muchos, incluso, causó molestia la insistencia del presidente Andrés Manuel López Obrador de combatir a la delincuencia con abrazos, además de insinuar que es preferible heredar a los hijos pobreza pero no deshonra.
Así de motivacional fue el mensaje emitido a los miembros de esta corporación que aún vive entre claroscuros, incluso, en Querétaro, entidad clave y estratégica para el gobierno federal, al ser la entrada al bajío y punto de conexión con el nuevo aeropuerto de Santa Lucía.
Si bien la donación de tres predios para su instalación en Colón, San Juan del Río y Corregidora serían un hecho, aún hay nubarrones pues físicamente aún no existen los terrenos al no estar publicados en la Sombra de Arteaga y más lejos está la edificación de los cuarteles al carecer de suficiencia presupuestal federal, esto a pesar de que forman parte de los 236 que estiman en el territorio nacional.
A lo anterior se la agrega la poca claridad en la definición de tareas en el Estado. De acuerdo con fuentes de la Sedena, por ahora resguardan el Aeropuerto Intercontinental de Querétaro y el Hospital General Regional II en El Marqués, además de penales, tramos carreteros, el paso de migrantes, realizan patrullajes para fomentar proximidad social, realizan tareas de prevención del delito y de vigilancia, no obstante, cuentan con una tarea estratégica que consiste en la vigilancia de los ductos de Pemex.
Y ahora que están de moda los semáforos, aseguran que tras la llegada de la Guardia Nacional a Querétaro, el nivel de riesgo de la entidad pasó de rojo a amarillo, pues la ordeña de ductos bajó de manera considerable.
Sin duda la GN tiene éxitos y muchos retos por cumplir.