Aún un grupo muy pequeño de la población ha sido vacunado, con las vacunas que no sabemos si tendrán un efecto prolongado o más bien pronto tendrían que preparar nuevas vacunas para las nuevas variantes de COVID-19 que ya están emergiendo
Dr. Ashutosh Sharma/Director del Departamento Regional de Bioingeniería, Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.
Ya casi 3 millones de muertos en todo mundo con el COVID-19, es un claro ejemplo de nuestra ignorancia hacia la naturaleza, ciencia, investigación y salud. Es la primera vez en la historia que la ciencia ha encabezado los medios de comunicación y noticias. ¿Por qué con tanta tecnología y avances científicos que presumimos como encargados de este planeta, no hemos podido controlar un virus tan pequeño? Pues la respuesta es muy sencilla pero difícil de aceptar. Llevamos casi un año y medio y aún la mitad del mundo sigue paralizado porque no hay una cura más que las vacunas.
La mejor cura han sido los sanitizantes, cubrebocas y distanciamiento social. Aún un grupo muy pequeño de la población ha sido vacunado, con las vacunas que no sabemos si tendrán un efecto prolongado o más bien pronto tendrían que preparar nuevas vacunas para las nuevas variantes de COVID-19 que ya están emergiendo.
Es una realidad que el COVID-19 es solo uno de los cientos de virus mortales que ya existen cerca de nosotros y que no tenemos ninguna cura para ellos. También es cierto que estudios científicos para entender bien un bicho tan pequeño con “tanta” tecnología llevan años de investigación y cientos de millones de dólares, sin garantizar la cura. Esperemos que esto nos sirva como una reflexión, porque ahora más que nunca necesitamos reunir los esfuerzos más allá de la política y fronteras para impulsar la ciencias, educación y cultura científica.