Alejandro Gutiérrez
Las imágenes, a pesar de ser tan fuertes, eran reales: agentes de la Patrulla Fronteriza persiguiendo a caballo y azotando con látigos a indefensos haitianos en la frontera. Como en la época de la esclavitud, abolida el 1 de enero de 1863 por Lincoln, agentes blancos fueron captados azotando gente de color en 2021.
En el gobierno de Trump, la inflexibilidad para admitir migrantes fue total: separó familias, trató a quienes buscaban pasar la frontera como delincuentes, los encerró pisoteando los más elementales derechos humanos, los criminalizó para que no volvieran a intentar el cruce y erigió kilómetros de un muro más simbólico que efectivo. Y puso al actual gobierno mexicano a contener los flujos migratorios en
nuestra frontera sur.
Hoy, con Biden, las cosas cambiaron poco, sobre todo en la frontera. Si bien ya no se habla del muro ni se amenaza a nuestro país para detener la migración, el trato de la ”migra” a los indocumentados hasta se ha recrudecido. Se suponía que las cosas cambiarían con los demócratas, pero ni Obama ni Biden han aflojado un punto en la política migratoria norteamericana.
Venidos de un estado fallido que ha sufrido huracanes prácticamente cada año, sequías y dos terremotos devastadores, uno en 2010, y el otro el pasado agosto, los haitianos tenían muy pocos motivos para quedarse en su país. El asesinato de su presidente a principios de julio no vino sino a corroborar la corrupción endémica y la cuasi ingobernabilidad que ha hecho de Haití el país más pobre del continente por décadas y provocado una migración masiva que se recrudeció en los últimos meses.
Los haitianos se fueron a países tan distantes como Chile y Brasil, donde ya habían logrado certificados de nacimiento. Algunos pocos lograron ser admitidos como refugiados en Estados Unidos y ellos fueron quienes atrajeron a miles más que a pesar de que ya se habían instalado en otros países buscaron ingresar a Estados Unidos tratando de entrar por Texas. Lejos de ser admitidos, fueron enviados por miles de regreso a Haití, país del que habían emigrado años atrás, para encontrar una situación aún peor que la que les motivó a huir.
Biden está usando políticas similares a las de Trump para rechazar migrantes haitianos que prefieren permanecer sin ayuda alguna en ciudades fronterizas mexicanas que regresar al infierno que les espera en su país.