Fernando Islas
Nuestra soberanía energética fue duramente golpeada por las reformas estructurales impulsadas durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Su proyecto privatizador avanzó lo suficiente para condenarnos como nación y, aunque en últimas fechas han existido diferentes avances en la búsqueda de blindar este sector, la realidad es que ni siquiera la mayoría en ambas cámaras y la titularidad del Poder Ejecutivo federal han sido suficientes para poder garantizar que en el presente y un futuro inmediato nos quitemos el yugo de países extranjeros.
La autorización para adquirir Deer Park, el avance en Dos Bocas y las reformas de ley impulsadas por el grupo legislativo de Morena son las principales herramientas para avanzar en cuanto a materia energética se refiere. Uno de los aspectos de mayor importancia es que la refinería ubicada en EUA será adquirida sin generar alguna clase deuda. Esta compra garantiza 340 mil barriles de petróleo diarios, que junto a la coquizadora de Tula y la refinería de Tabasco podrían aumentar a 700 mil barriles por día. Si a esto se le suma la producción de las seis refinerías que se encuentran en rehabilitación, en poco tiempo podríamos hablar de que por día se producirán un millón 200 mil barriles, llevándonos así a la tan anhelada autosuficiencia energética.
Al tiempo, los compromisos avanzan y las acciones se realizan; sin embargo, no toda la clase política está conforme y reafirman su convicción de entregarles a manos extranjeras un sector cuya importancia es de seguridad nacional.