Después de sus inexplicables batallas contra el uso de cubrebocas y la vacunación de menores
Enrique Mireles
Cuando más difícil parecía que volviéramos a señalar a Gatell por su negligencia al frente de la pandemia, el subsecretario matraca secretaría esmeró en lograrlo de nuevo. Después de sus inexplicables batallas contra el uso de cubrebocas y la vacunación de menores, ahora salió a dar la batalla contra las pruebas de COVID, alegando que es irresponsable que la gente esté haciendo filas para hacerlas cuando solo deberían aislarse.
Tal vez este señor no sabe que no toda la gente puede quedarse en casa así nomás sin comprobar un contagio a sus trabajos, no todos tienen las posibilidades económicas y es ridículo que se les señale por querer buscar certeza de su salud, incluso por sus propios medios, porque mientras en Estados Unidos se toman medidas para que la gente pueda acceder a ellas gratuitamente, aquí nuestras autoridades de salud, esas que quieren que la gente se cure con Vick VapoRub, le dicen a la gente que no se las haga.
¿Sabe por qué? Porque sin testeo, sin pruebas, no puede existir el repunte de casos. Esta semana, el tsunami de la cuarta ola patrocinada por ómicron ha provocado que se rompa el récord de más contagios en 24 horas hasta tres veces; ya se calculan más de 44 mil diarios. Eso sí, el impacto de las vacunas ha logrado disminuir las hospitalizaciones y por ende los fallecimientos. Vacúnese; no impedirá que pueda contagiarse, pero sí podría salvarle la vida, y sí, hágase la prueba. En caso de dar positivo, siga los protocolos de aislamiento; está de más decirle que si Gatell le ha mentido estos dos años, es evidente que sigue mintiendo.