En 1988, se descubrió un caso donde la selección mexicana sub 20 alineó jugadores que sobrepasaban la edad, utilizando documentación falsa. El escándalo llegó hasta FIFA que consideraba castigar solo a las selecciones menores, pero el encubrimiento de los culpables y el consecuente mal manejo del caso ocasionó que se sancionara también al equipo mayor, privándolo de poder disputar las eliminatorias a la Copa del Mundo de 1990.