El arbitraje es una actividad de toma de decisión instantánea, donde influyen el entorno del partido, los sentimientos del propio árbitro y el momento que se vive en el partido. Son decisiones basadas en percepciones y de acuerdo a una visión propia. Es imposible que su accionar sea perfecto, y sobre todo, que deje conformes a los perdedores. Pero es parte del juego, y tenemos que vivir con él.