Los Blanchet/Caldo de Cultivo
Repuestos de la náusea, -aunque no de la consternación- a causa de la elección de Estado que presenciamos el pasado el 2 de junio, película que ya habíamos visto en los años 70s y 80s, nos disponemos a atestiguar las consecuencias inmediatas que traerá el haberle entregado el poder absoluto a un solo individuo, a un solo partido, pero esta vez preparados con un buen antidepresivo.
La confrontación entre los mexicanos, generada a lo largo del sexenio por el presidente, -y atizada en época electoral-, es un asunto que para muchos bien intencionados debe ser superado y, pasada la tormenta, resuelto para reanudar nuestra vida normal, abrazándonos en hermandad como mexicanos. No tan rápido, apreciados optimistas.
La división ha sido el sello de la humanidad. Las diferencias entre individuos y grupos es el común denominador en los libros de historia, en cuyas batallas gana siempre el más poderoso, no el más inteligente, sensato o capaz. Ultimadamente, el mundo es el resultado de la suma de las intenciones encontradas de quienes lo habitamos, cada una con su peso específico. Como parte de este mundo, México nunca ha sido un país con una única visión o mentalidad, circunstancia históricamente aprovechada por aquellos que se benefician incitando la división para acceder al poder y enquistarse en él. Divide y vencerás.
Y si revisamos los Evangelios de Lucas y Mateo, encontraremos referencias que el mismo Jesús de Nazareth hace sobre la división entre los miembros de una misma casa, como parte de su legado y de la circunstancia humana.
Siempre se dijo que una nación dividida irremediablemente caerá. Nuestro país y otros, como Estados Unidos, se encuentran divididos más que nunca en torno a su clase gobernante, situación poco afortunada que haría mover la cabeza a cualquier visitante de otro planeta, pero que es una realidad que habrá que aceptar y actuar en consecuencia.
Me avisan, por favor
Así como para muchos la ociosidad es la madre de todos los vicios, para mí, la incertidumbre es la madre de todos los insomnios. Les explico: hoy mientras tomaba mi café me propiné una regañada tan fuerte a mí misma, que sólo me faltó aplicarme dos nalgadas y un castigo, como solía hacer mi santa madre, todo causado por llevar varios días levantándome con un cansancio severo, muy mal humor y hasta depresión, situación incomoda para mí y mi entorno.
Los que me conocen, saben que suelo ser una persona alegre y positiva, sin caer en el pensamiento mágico oligofrénico, claro. Es por eso que tuve que darme urgentemente a la tarea de escudriñar en lo que hoy me sucede. Lógicamente, primero pensé que esto podía deberse a la reciente perdida de mi mamá y que era normal sentir estos malestares físicos y reacciones emocionales.
Lo primero que descubrí fue favorable. Resulta que este proceso de duelo lo he llevado bastante bien, tengo la tristeza lógica, pero mi corazón está tranquilo dado que lo alimento con pensamientos dulces y alejo de mí el drama. Entonces, ¿de dónde sale este conflicto que me tiene inquieta y sin dormir?
Fue así que seguí con mi regaño personal y no iba a detenerme hasta sacarme toda la verdad -soy mujer-. ¿Será por no tener suficientes pares de zapatos? Disculpen, pero yo con un par no vivo. ¿Será la falta de magnesio?
Y así la cascada de preguntas hasta que me cayó el veinte de que este malestar es añejo y es debido a la incertidumbre que vivimos en el país. Hemos venido escuchando a cada gobierno federal que las cosas van a cambiar, que todos tienen la fórmula mágica para sacar a México adelante y de seis años para acá, que viviríamos como en Dinamarca. Tan repetitivo fue ese mensaje, que todos los días me levanté con la esperanza de verme al espejo con cabello rubio y ojos claros, lo que hasta la fecha no ha ocurrido.
Entiendo que vivir con incertidumbre es lo normal. Hoy estamos, mañana quién sabe, pero dicha situación está totalmente fuera de nuestro control y no existe posibilidad de votar a favor o en contra para cambiarlo. Pero que esa incertidumbre te la genere un gobierno por sus malas decisiones y sus grandes ambiciones, no creo que sea la meta de nadie. Vivir cada día preguntándonos ¿hacia dónde nos llevará el gobierno en turno? ¿Aguantaremos como pueblo? ¿Cuántas mentiras más? ¿Hay esperanza? Mejor me voy a otro país.
Así que, habiendo descubierto de dónde viene mi desasosiego, seguiré caminando sin poner en juego mi estabilidad emocional, tomaré melatonina para conciliar el sueño y descansar, y ahí me avisan si cambian las cosas.
Le esperamos hoy miércoles a las 9:00 de la noche en la KJeta por el Canal 10 de RTQ en señal abierta y de cable, y por streaming en rtq.mx. También le recordamos que tenemos una cita la próxima semana aquí…para echarnos otro caldito.
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