¿Rentarás una propiedad?: Sergio Arellano

Sergio Arellano/Asesor en Derechos Humanos
@siarellano5

El alquiler de un inmueble es una de las actividades económicas que predominan en el rubro inmobiliario; no es extraño el hecho de capitalizarse, solicitar un crédito y adquirir una propiedad para formar un patrimonio.

A la par, se pone en renta para recuperar la inversión. Sin embargo, ¿cuáles son las premisas que deben contemplarse en este tipo de transacciones? la realidad es que los arrendadores tienen un temor constante por la posible morosidad de los inquilinos o en su defecto, sobre la procedencia de sus recursos, lo cual puede devenir en un asunto de extinción de dominio. Para tal escenario, siempre es recomendable contar con un experto en materia legal que pueda ofrecer su punto de vista en aras de subsanar aquellos vacíos contractuales; la inversión en sus servicios profesionales puede representar un punto clave para preservar aquello que han construido con arduo trabajo. En la actualidad, estimada o estimado lector, es muy frecuente encontrar las multicitadas “pólizas de arrendamiento” que muchas veces aprueban el historial de los arrendatarios con la intención de cobrar honorarios o bien, se deslindan de la operación al firmar el contrato.

Por ese motivo, si rentarán una propiedad, tienen que ser sumamente meticulosos para encontrar un respaldo jurídico que les ofrezca certeza a todos los firmantes, puesto que los incumplimientos pueden ser motivados por cualquiera de las partes y la finalidad es conciliar para evitar un litigio desgastante y costoso.

En conclusión, les comparto algunos consejos prácticos para un sano arrendamiento: 1) Recabar correctamente los generales de los comparecientes, 2) Revisar el historial de los posibles arrendatarios en estricto apego a la normatividad que regula el uso de datos personales, 3) Contar con una garantía en caso de que no se cubran los pagos en tiempo y forma, 4) Elaborar correctamente los inventarios en caso de que el bien se ofrezca amueblado y, 5) Detallar el clausulado en un sentido rígido de tal forma que los intervinientes conozcan sus derechos y obligaciones.