Las tertulias sanjuanenses: Soy puro San Juan del Río

Hasta hace muy poco tiempo, muchas familias sanjuanenses se reunían en diferentes momentos del año para convivir y platicar, cantar e inclusive ver alguna obra de teatro que se montaba con motivo de las tertulias que se realizaban, sobre todo, en los grandes patios de las casas sanjuanenses.

En algunos casos, las reuniones comenzaban desde la hora de la comida, en donde se preparaban exquisitos platillos por parte de las familias que se reunían. Lo más selecto de vinos y de alimentos se podía disfrutar en esas reuniones, pero, sobre todo, la cocina se engalanaba con las manos de las mamás y de las abuelas que preparaban comida especial para ese día.

Posteriormente, seguía el convivio en el patio de las casas, en donde, con licor de membrillo o algún otro licor o aperitivo, se ponían los asistentes a platicar para posteriormente cantar algunas canciones acompañados de alguna guitarra o de un acordeón y, en casos muy especiales, con el acompañamiento de algún piano de cola.

Así eran las tardes en las casas de los sanjuanenses, situación que era en varias épocas del año, incluso en las posadas o en la época de invierno, se daban y, ahí, las salas de las casas, aquellas grandes salas con retratos y candiles, eran testigos de las convivencias de los sanjuanenses.

Platicaba con un descendiente de esas familias, cuya casa se ubicaba en la calle de 16 de Septiembre, en las que él recuerda cómo se hacían dulces como el ate de membrillo, el cual se tenía que hacer en una cazuela de cobre y moverse con una cuchara de madera para que diera el sabor que se deseaba.

Cabe hacer mención de que la cocina sanjuanense es una de las más ricas de la región, desde los platos fuertes con sabores propios hasta la elaboración de dulces, de sopas, de licores. Así era el San Juan del Río, que desafortunadamente ya casi no vemos.

A mí, todavía me toco vivir este tipo de tertulias, sobre todo, en la época de Semana Santa, cuando, luego de los oficios religiosos, las familias se congregaban para convivir de una manera agradable. Era la unión de las familias que, ahora, tanta falta hace.

Ojalá, nuestras familias recuperaran esta tradición y se vuelvan a vivir las tertulias sanjuanenses como parte del desarrollo de nuestra ciudad y como forma de identidad de esta.

MT