Desenreda después una complicada trama según la cual un antiguo socio de Lozoya se presentó “cuatro años después, en 2018”, diciendo que era el dueño de la empresa Zecapan y que el dinero era suyo. Este personaje, que aparece como socio de Lozoya desde 2012, declaró a su vez que los 6 millones de dólares se los había dado la señora Fabiola Tapia, residente en Hidalgo, a cambio de una “novedosa tecnología para asfaltado” que aún estaba en desarrollo. Pero, según documentos del propio expediente entregado a Anaya, la señora Tapia vivía en una sencilla casa en Tlamaco, Hidalgo, y además falleció en 2014 dejando un muy modesto patrimonio.