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La fase 3 no se siente en Querétaro pese a la emergencia sanitaria

La fase 3 no se siente en Querétaro pese a la emergencia sanitaria. / Foto: Isaac Muñoz
La fase 3 no se siente en Querétaro pese a la emergencia sanitaria. / Foto: Isaac Muñoz

En el primer cuadro de Querétaro se observan contrastes respecto al mercado de El Tepe en cuanto a la implementación de medidas sanitarias de fase 3 Carlos Uriegas Durante un recorrido realizado el día de ayer por la capital del estado, pudimos observar que la actividad continúa con cierta normalidad; tianguis como el del Tepe … Leer más

En el primer cuadro de Querétaro se observan contrastes respecto al mercado de El Tepe en cuanto a la implementación de medidas sanitarias de fase 3

Carlos Uriegas

Durante un recorrido realizado el día de ayer por la capital del estado, pudimos observar que la actividad continúa con cierta normalidad; tianguis como el del Tepe siguen operando, los autos circulan al por mayor sobre Zaragoza, Constituyentes y Avenida Universidad y la prostitución se sigue ejerciendo frente a la Alameda Hidalgo.

Caminar por la calle Rivapalacio, Luis Moya, Jiménez o San Roque nos hace olvidar que en Querétaro y el resto de México estamos en Fase 3 de la contingencia sanitaria por el COVID-19; familias completas recorren las calles del tianguis del Tepe entre los gritos de “¡llévele!, ¡llévele!, ¡pásele güerita!, ¿qué le damos joven?”.

Es Jueves 23 de abril a las 10:30 de la mañana y uno puede, “sin temor de Dios”, refinarse unos tacos de carnitas, unas tostadas de pata o uno de esos tamales oaxaqueños, calientitos. Vimos más puestos abiertos que cubrebocas en los rostros de quienes acuden domingos y jueves a surtirse de alimentos, frutas y verduras a la tradicional vendimia de la Colonia Linda Vista.

“Lleve su miel para subir el sistema inmunológico”, así de clara la recomendación del vendedor amigo de las abejas, quien con gran seguridad ofrece el remedio para no contagiarse del COVID-19, pero sin la prudencia de cubrirse el rostro, confiando en la inmunidad natural del dulce producto que lo mantiene cubierto contra toda enfermedad.

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A diferencia del domingo, ya no se colocaron los puestos con pacas de ropa de segunda mano, importadas de los confines americanos y asiáticos, pero aún pudimos encontrar herramientas de trabajo, productos ferreteros y tenis para aquellos corredores dominicales o amantes del reggaetón.

En el corazón de la Colonia Linda Vista, y haciendo honor a la frase: “El respeto al derecho ajeno es la paz”, en el Mercado Benito Juárez, conocido como el “Tepe Nueva Era”, se respeta las medidas al interior, ahí sí hay cercos sanitarios, se sirve gel antibacterial antes entrar y sí hay puestos cerrados. Afuera, en el tianguis es otra historia, parece ser tierra de nadie, como diría la canción de los Caifanes: “Afuera tu no existes, sólo adentro…Afuera no te cuido, sólo adentro”.

Al cruzar de “La Otra Banda”, hacia el Centro Histórico, en menos de un kilómetro pasamos de la informalidad al cerrojo total, pareciera que es en la Zona Patrimonio Cultural de la Humanidad en la única que se respeta las medidas de una Fase 3, como si Querétaro sólo fuera su corazón, el que ahora ya no late, donde abundan las cortinas cerradas y múltiples cartulinas, ya que no alcanzó para las mantas, con mensajes de “Remate” o “2×1”.

Ahí sí vimos a los hombres de blanco, personajes surgidos de un filme de ficción, como seres bajados de una nave vestidos con pantalones y chamarras ahuladas, con gafas, guantes y cubrebocas, son las Brigadas de Sanitización, así fueron nombradas. Como si dieran bendiciones vierten de agua con cloro bancas, puertas, banquetas y calles. Por seis mil pesos mensuales se disfrazan, cargan por varias horas y a más de 30 grados el contenedor con el líquido protector, razón por la que 27 de estos trabajadores ya abandonaron la sanitizante labor.

“Para algunos fue complicada la situación de los horarios y ya no quisieron seguir (…) A algunos se les hace pesado debido a que deben cargar la bomba y traer el uniforme completo, sin quitarse el equipo”, comentó Arturo Torres, Secretario de Desarrollo Social y Humano del Municipio de Querétaro.

Resulta contrastante ver a las Brigadas Sanitizantes realizar de manera casi marcial su pulcra labor y ver caminar junto a ellos a personas sin más protección que su piel. Están más protegidas las bancas junto a la monumental maqueta de la Alameda, que los peatones que aguardan el transporte público, no se pueden sentar en las estructuras de hierro, para eso ahora tienen a las jardineras, las cuales abandonan unos pocos segundos, el tiempo en que la sustancia limpiadora baña de protección el cemento para sentarse de nuevo.

Al otro lado de la acera la normalidad se muestra con crudeza, una decena de jóvenes mujeres desnudan su necesidad y ofrecen placer por 400 pesos por media hora y la posibilidad de escoger dos posiciones.

“Ya incluye el cuarto, y si quieres con las dos son mil 500, pero estamos de promoción, por lo que te lo dejamos en mil”, oferta una de ellas, para quien pensar en el Coronavirus es quizá la menor de sus preocupaciones.

El ir y venir de autos y personas por las céntricas avenidas queretanas no reflejan lo que hemos visto en otras latitudes, quizá esta sea la razón por la que la entidad el 16 de abril era ejemplo de comportamiento nacional y respetaba la “Sana Distancia” y el 22 de abril se ubicó a Querétaro como un estado que no se está quedando en casa.

Se observó control y rigor, pero no en todos lados, la “Sana Distancia” se está agotando, como la paciencia de algunos, como los negocios de otros y la salud de muchos, por lo que debe respetarse el discurso y llevarlo a los hechos en todos lados, no sólo en el Centro, no vaya a ser que como los Caifanes cantemos… “Afuera nadie es nada, sólo adentro”.

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