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Sobreviven en el CRUM más allá del agotamiento

Mientras unos viven la fiesta o se preparan para El Buen Fin hay un sector de la sociedad que suma ocho meses de trabajo intenso Carlos Uriegas Con ocho meses de pandemia los integrantes del Centro Regulador de Urgencias Médicas comentan que el cansancio ya superó la etapa del agotamiento y están ya en una … Leer más

Mientras unos viven la fiesta o se preparan para El Buen Fin hay un sector de la sociedad que suma ocho meses de trabajo intenso

Carlos Uriegas

Con ocho meses de pandemia los integrantes del Centro Regulador de Urgencias Médicas comentan que el cansancio ya superó la etapa del agotamiento y están ya en una etapa de sobrevivencia.

Mientras que la sociedad escapa por las noches para divertirse y socializar o hace planes para el Buen Fin, hay un sector de la población que no ha parado en su labor de socorro médico, incluso su trabajo se ha visto en aumento ante el incremento de emergencias comunes, más allá de la COVID-19.

Carlos Isidro Cuéllar, jefe del CRUM comentó lo complicado que han resultado estos primeros ocho meses de pandemia.

Más de 986 mil casos positivos de COVID-19 en México

“Ya brincamos la parte del agotamiento y estamos en la parte de la sobrevivencia. Es muy complicado, al principio sí nos enfocamos en COVID, ya que ante el confinamiento bajaron las emergencias comunes y nos permitía que hubieran roles de descanso; vino la reapertura y han vuelto las accidentes, se atienden los casos por enfermedades crónicas lo que ha causado un doble desgaste. Estamos atendiendo en promedio 50 emergencias comunes diarias más las de COVID-19”, explicó el encargado de comandar los esfuerzos del CRUM en Querétaro.

Para el cuerpo de rescate el desgaste emocional se suma al desgaste físico físico ya que ven cómo el esfuerzo no es parejo en una sociedad que no termina por entender la gravedad del problema de salud.

“Si llega a molestar que nos esforcemos hasta lo imposible para dar la atención y que afuera no se hagan los esfuerzos mínimos. La reapertura es más responsabilidad de los usuarios; los eventos familiares y sociales, las fiestas, la ida al antro, no veo porqué no se puedan postergar un poco más. Hay ejemplos de familias completas que han fallecido”, comentó Carlos Casillas Cuéllar.

De acuerdo a lo vivido por el CRUM, cuyo promedio de edad es de 34 años, la mayoría de las personas que más se ven en la calle, sobre todo por la noches, es de jóvenes menores de 30 años.

“Hay sectores que actúan como si no pasara nada y otro sector que no para de luchar contra la enfermedad. No tiene que ver con la información, nadie puede decir que no sabe lo que está pasando, lo que hay un grado de irresponsabilidad que no asumimos como sociedad. Aunque hay chavos que sí se ponen la camiseta para apoyar hay otro grupo que está sin bajar el ritmo en el antro o en la fiesta”, algo que se ha visto en diversos recorridos por la ciudad.

Ante el límite del cansancio físico cuando el cuerpo ya asumió el desgaste como propio y ya pega en el desgaste emocional, algo tienen claro en el CRUM: “Por más agotados que estén ninguno se ha bajado y estoy seguro que ninguno se va a rajar por el gran compromiso que tiene el equipo, pero sí es preocupante hasta dónde vamos a llegar”.

Se han dado estrategias de rotación de personal, de reconversión de ambulancias, hay equipos que ante tanto cloro ya se dañó la parte electrónica, todo está dispuesto, los hospitales preparados, “pero cómo poder ante 300 contagios diarios”, es la pregunta que se hace Carlos Isidro Cuéllar.

“La factura final será muy alta en el tema psicoemocional, el burnout es pan de todos los días. Veo cómo se estiran las ligas, pero ya están por romperse”, expresó desde el CRUM el comandante del equipo.

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