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Síndrome de piernas inquietas altera el sueño

Calambres nocturnos pueden causar este malestar
Calambres nocturnos pueden causar este malestar

Las deficiencias en el metabolismo del hierro pueden ocasionar dolor y tensión muscular en pantorrillas y desencadenar problemas al dormir Juan Carlos Machorro Las personas que padecen Síndrome de Piernas Inquietas (RLS, por sus siglas en inglés) tienen de 70 a 95 por ciento de probabilidad de sufrir trastorno de movimiento periódico de las extremidades … Leer más

Las deficiencias en el metabolismo del hierro pueden ocasionar dolor y tensión muscular en pantorrillas y desencadenar problemas al dormir

Juan Carlos Machorro

Las personas que padecen Síndrome de Piernas Inquietas (RLS, por sus siglas en inglés) tienen de 70 a 95 por ciento de probabilidad de sufrir trastorno de movimiento periódico de las extremidades durante la noche, lo cual a su vez puede provocar insomnio.

Así lo alertó Rafael Santana Miranda, responsable de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien explicó que el RLS está íntimamente relacionado con manifestaciones de dolor profundo, tensión muscular, calambres a nivel de pantorrillas que se producen al estar en reposo, lo cual disminuye o desaparece en cuanto se reinicia el movimiento de las piernas, precisó.

El origen de este padecimiento puede ser diverso, el más común es por deficiencias en el metabolismo del hierro. Por ejemplo, cuando un paciente presenta problemas ginecológicos, gastrointestinales o deficiencias nutricionales, insuficiencia renal, que implican pérdidas insensibles de tejido hemático (pequeños sangrados).

Esta deficiencia provoca trastornos de movimiento durante el dormir, dado que el hierro no sólo sirve para la formación de hemoglobina, sino que está asociado con la formación de neurotransmisores que tienen que ver con el movimiento.

De modo que buena parte de quienes lo padecen, mueven involuntariamente las piernas y los brazos al dormir, situación que les genera fragmentación del sueño por múltiples despertares, microdespertares y cambios de fase. 

Dichas alteraciones se asocian con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Pero también con bajo rendimiento físico, cognitivo y cambios en el estado de ánimo, puntualizó.

El maestro en rehabilitación neurológica indicó que no hay tanta diferencia en la presencia de este síndrome entre hombres y mujeres, y en algunos países se ha encontrado que existe una prevalencia de tres a 10 por ciento de la población.

Consideró que estos problemas deberían diagnosticarse desde el primer nivel de atención para que evitar que se compliquen; es decir, “el médico general, por ejemplo, debe indagar si las causas del insomnio secundario a probables trastornos de movimiento, son consecuencia de deficiencias nutricionales, otras enfermedades como las gastrointestinales o insuficiencias”.

Después de hacer un diagnóstico, basado en la clínica y estudios complementarios, podemos dar un tratamiento que incluya el suministro del nutriente, si se padece de anemia; o un neuromodulador o un agonista dopaminérgico si es el caso, explicó.

En todos los trastornos del dormir se recomienda una adecuada higiene del sueño con honorarios regulares, buenos hábitos en la alimentación y un estilo de vida saludable que incluya realizar alguna actividad física de manera regular, precisó.

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