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Descartan vivir en la irregularidad

Descartan vivir en la irregularidad. Foto: Yarhim Jiménez
Descartan vivir en la irregularidad. Foto: Yarhim Jiménez

Isaí López En el Rosario, existe una colonia de aproximadamente 50 casas hechas de madera que reposan a unos metros de la Carretera Estatal 420 en el kilómetro 1.5, donde un par de lonas citan “No somos irregulares”. Hay 54 personas sobreviviendo sin servicios y con la incertidumbre de ser desalojadas pese a tener sus … Leer más

Isaí López

En el Rosario, existe una colonia de aproximadamente 50 casas hechas de madera que reposan a unos metros de la Carretera Estatal 420 en el kilómetro 1.5, donde un par de lonas citan “No somos irregulares”.

Hay 54 personas sobreviviendo sin servicios y con la incertidumbre de ser desalojadas pese a tener sus documentos de propiedad.

“Hemos estado aquí por 22años; no tenemos agua, luz y tampoco drenaje”, mencionó una persona de la tercera edad, quien se dedica, junto con su esposo, a la crianza de borregos y huevos de gallina.

“Han venido a prometernos en cada campaña, pero después se olvidan de nosotros cuando ganan y solo buscan que nos hartemos para así sacarnos”, señaló.

La austeridad es parte del día a día. Con 120 pesos, las pipas de agua llenan los tinacos, un par de tambos y una fosa séptica a metros de donde duermen y sin la posibilidad de hacer sus viviendas de cemento, pues les clausuran por construir en “propiedad privada” pese a ser los dueños del terreno.

“No nos iremos de aquí. So- lamente que nos saquen en una caja”, dijo la señora mientras recargaba sus manos sobre la mesa y volteaba a ver a su es- poso con una mirada decidida a no abandonar su hogar pese a las amenazas.

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