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Australia en llamas y un escéptico del medioambiente toma fuerza

Foto: AP
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Craig Kelly se ha convertido en la ‘fuerza’ que ayuda a impedir que el Gobierno de Australia tome medidas severas para combatir el cambio climático Damien Cave En el transcurso de la devastadora temporada de incendios de Australia, una página de Facebook ha reunido un público furioso como ningún otro, con más publicaciones compartidas y … Leer más

Craig Kelly se ha convertido en la ‘fuerza’ que ayuda a impedir que el Gobierno de Australia tome medidas severas para combatir el cambio climático

Damien Cave

En el transcurso de la devastadora temporada de incendios de Australia, una página de Facebook ha reunido un público furioso como ningún otro, con más publicaciones compartidas y comentarios que cualquier cosa que provenga del primer ministro o de los grupos ambientalistas más grandes del país.

Esa página le pertenece a Craig Kelly, un exvendedor de muebles que ha pasado la última década posicionándose en el Parlamento como el negacionista en jefe del cambio climático. En el momento más oscuro de la nación, el político ha encontrado su momento de brillar.

Mientras el país teme estar condenado a un futuro plagado de fuego y sequía, Kelly ha estado movilizando y estimulando a una ‘tribu’ de derecha en torno a consignas publicadas en redes sociales en puras mayúsculas: “Los incendios forestales no tienen nada que ver con ‘el cambio climático’” o “Ten cuidado con los alarmistas del clima: todo lo que dicen es mentira”.

De 56 años, el legislador insiste en que solo intenta proteger a los australianos comunes de los precios más elevados de la energía y de la pérdida de empleos en las industrias del carbón y de otro tipo.

Sin embargo, con las publicaciones y los comentarios en su página de Facebook –que destacan datos a conveniencia e incitan a la violencia en contra de los ambientalistas– Kelly se ha posicionado como el rostro público de un universo paralelo.

Se ha convertido en la ‘fuerza’ poderosa que ayuda a impedir que el Gobierno tome medidas más severas para combatir el cambio climático, pese a los deseos de una gran mayoría de australianos.

Para otros políticos, este es el momento de demostrar empatía hacia las víctimas de los incendios y prometerles ayudar.

Kelly prefiere el pugilismo. Argumenta que los incendios no son más terribles que los que se han vivido en el país anteriormente, que los pirómanos y los socialistas son los culpables de las llamaradas, que la industria del carbón está prosperando, que el hielo del Ártico no se está derritiendo, y que aquellos que opinan lo contrario son tan malvados como los censores en la novela ‘1984’, de George Orwell.

Todo es bastante vil”, dijo Michael E. Mann, climatólogo estadounidense en periodo sabático en Australia y quien alguna vez fue atacado por negacionistas climáticos. “Los soldados fieles a la industria de los combustibles fósiles como Kelly promueven estos temas de conversación y provocan a las multitudes”.

Muchos australianos, incluso los climatólogos, rechazan a Kelly como un personaje poderoso. Sin embargo, sus seguidores han crecido hasta abarcar una gran franja del país, que incluye a bomberos rurales que comparten sus publicaciones en Facebook. Sus esfuerzos a menudo se alinean con los del primer ministro, Scott Morrison, que buscan evitar que la gente vea los incendios como un punto de inflexión para el enfoque que da la nación a las cuestiones climáticas.

Antes de que Morrison empezara a enfatizar que la mejor manera de combatir los futuros incendios sería mediante más quemas preventivas en lugar de una acción contundente contra el calentamiento global, Kelly ya estaba inculcando esa estrategia. Culpaba a la ‘locura ecológica’ y a los ‘alarmistas del medioambiente’ por exagerar el papel del cambio climático e impedir las quemas de defensa, a pesar de que los funcionarios del departamento de bomberos han dicho que el problema se basa en recursos y tiempo, no en política.

Haciendo eco del argumento de Kelly de que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de Australia no evitará los incendios, el primer ministro también ha pasado directamente a la etapa de reconstrucción y recuperación, en lugar de atender las inquietudes del público con respecto al calentamiento del planeta.

“Es una estrategia muy cínica basada en la idea de que los incendios terminarán, la sequía cesará y la gente seguirá con sus vidas”, dijo John Hewson, exlíder del partido de centroderecha Partido Liberal de Australia, al que pertenecen Morrison y Kelly. El primer ministro, agregó, “está tratando de aparentar que está haciendo mucho, pero en realidad está haciendo muy poco”.

Kelly y Morrison, quienes sirven en distritos adyacentes con muchas iglesias, pequeños apartamentos y trabajadores de diversas industrias, se han impulsado mutuamente hasta la posición que ocupan hoy en día. Kelly y otros legisladores de derecha derrocaron al primer ministro Malcolm Turnbull en un golpe al interior del partido en 2018, lo cual hizo que Morrison se convirtiera en el nuevo líder. Después, Morrison invalidó la preferencia del partido por una alternativa moderada para Kelly, con lo que protegió su candidatura.

Morrison no fue el único. Turnbull y otro primer ministro, Tony Abbott, también hicieron a un lado a otros rivales moderados para garantizar que Kelly regresara al Parlamento, lo cual demuestra lo útil que les resulta a los líderes, quienes lo aprovechan para movilizar a su base conservadora.

“Él es el rabo que mueve al perro”, afirmó Tom Kristensen, artista, activista climático y bombero voluntario en el distrito de Kelly que ha seguido muy de cerca sus publicaciones de Facebook. “Es parte de una pequeña minoría que tiene demasiado poder”.

En ocasiones, Kelly ha ido demasiado lejos, incluso para su propio partido. A principios de este mes, expuso sus opiniones sobre los incendios en una entrevista en la televisión británica con Piers Morgan, comentarista conservador, quien se sintió tan horrorizado que llamó a Kelly “deplorable”.

Como respuesta, algunos miembros del Gabinete de Morrison intentaron distanciarse de Kelly. David Littleproud, el ministro de Agricultura encargado de lidiar con la sequía, desestimó a Kelly como una “atracción secundaria” que “no representa la perspectiva del Gobierno”. Algunos detractores señalaron que Littleproud hace poco también había puesto en duda que el cambio climático fuera provocado por la actividad humana.

Tras la debacle, Morrison solicitó una moratoria en su partido para realizar entrevistas con los medios noticiosos internacionales.

Sin embargo, Kelly aceptó conceder una extensa entrevista a The New York Times, no sin antes anunciar: “Debo ser cuidadoso porque el primer ministro nos dijo que no debíamos hablar con los medios internacionales”.

The New York Times/FOR

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