Bañarse con agua fría se ha vuelto una práctica común en los últimos años debido a una serie de presuntos beneficios.
Dada la fama del fenómeno, un estudio del año 2022 publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina (NLM, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos se centró en determinar si tomar una ducha o sumergirse en agua fría realmente tiene beneficios para la salud de las personas.
Según argumenta la NLM, algunos estudios indican que esta exposición voluntaria tiene algunos efectos beneficiosos para la salud.
Fortalece el sistema inmune. Un estudio publicado en la revista ‘Plos One’ comprobó que, de una muestra de 3.018 participantes, el absentismo laboral por enfermedad se redujo en un 29 % en el grupo que siguió un régimen de duchas frías.
Activa la circulación sanguínea, ya que los vasos sanguíneos se contraen y el pulso se acelera.
Dado que estimula la circulación, también ayuda a evitar la aparición de varices y celulitis, alivia la sensación de piernas cansadas y combate la retención de líquidos.
Después de un entrenamiento duro, alivia la inflamación muscular. Del mismo modo, reduce los dolores ocasionados por un golpe.
Además, las duchas con contrastes entre agua fría y caliente ayudan a la recuperación del rendimiento de aquellos que practican running, como se deduce de esta investigación.