Anúnciate aquí

Un museo dentro de otro museo restaura un legado en Brasil

Un museo dentro de otro museo restaura un legado en Brasil
Un museo dentro de otro museo restaura un legado en Brasil

Abdias do Nascimento imaginó el Museo de Arte Negro y empezó a coleccionar piezas para llenarlo, pero se enfrentó a la dictadura

Jill Langlois

En el centro del Instituto Inhotim, un museo de arte contemporáneo, hay cuatro muros divisorios de color amarillo intenso. Los muros son un homenaje a la deidad afrobrasileña Oxum, estos representan la riqueza espiritual y material, y resaltan en medio de la estructura blanca de la Galería Mata, donde se encuentran.

Con la misma audacia colorida de los muros divisorios, las obras que cuelgan de las paredes recién pintadas son la materialización de un sueño que tuvo durante décadas el artista afrobrasileño y activista por los derechos civiles Abdias do Nascimento, que quería abrir un debate sobre la estética de la negritud en un país en el que más de la mitad de la población es negra, resaltando el valor del trabajo a menudo infravalorado de los artistas negros y de los que abordan la representación de la cultura negra en sus obras, haciéndolo más visible. Imaginó el Museo de Arte Negro (Museu de Arte Negra), y empezó a coleccionar piezas para llenarlo, pero tras años de exilio durante la dictadura militar en Brasil, falleció en 2011 antes de que su plan pudiera llevarse a cabo.

UN MUSEO VIVO

Su viuda, Elisa Larkin Nascimento, mantuvo viva la llama con el Instituto de Investigación y Estudios Afrobrasileños (IPEAFRO, por su sigla en portugués) en Río de Janeiro, que fundaron ella y su esposo en 1981. Ahora se ocupa del archivo del Museo de Arte Negro. “El arte negro siempre se ha visto como algo secundario”, señaló Larkin Nascimento, directora del instituto. “Siempre ha estado vinculado al folclor o la artesanía, y a todo ese tipo de adjetivos que se le suelen poner a algo visto como ‘inferior’”.

En 2020, todo cambió. Bernardo Paz, fundador y propietario de Inhotim, se puso en contacto con Larkin Nascimento para trabajar juntos y dotar por fin al Museo de Arte Negro de una sede temporal.

“Confieso que a mí me pareció algo mágico”, dijo Larkin Nascimento.

Acordaron que, durante los dos años siguientes, Inhotim facilitaría el debate que Abdias do Nascimento siempre quiso mantener sobre la influencia de la tradición africana en las artes visuales.

UN MUSEO QUE SUPO ESPERAR

Más de 70 años después de su concepción, por primera vez, el Museo de Arte Negro cuenta con un espacio físico donde se pueden ver las pinturas, dibujos, fotografías e instalaciones que coleccionó Nascimento. Incluso una presencia temporal representa un hito para los artistas negros y para las personas que están detrás del esfuerzo.

En las obras hay una representación completa, desde la propia deidad Oxum, que, al igual que los muros divisorios, representa la riqueza espiritual y material, hasta las personas esclavizadas que fueron sometidas a trabajos forzosos durante la búsqueda de oro que tuvo lugar en Brasil durante siglos.

Estas obras son el legado del Museu de Arte Negra, o MAN, que fue concebido en 1950 como consecuencia del Teatro Experimental Negro bajo la dirección de Abdias do Nascimento, quien entonces se inspiró para explorar otras formas de arte.

UNA HISTORIA EJEMPLAR

Nascimento empezó a pintar en 1968 (cuatro años después de que se instaló la dictadura militar de dos décadas en Brasil) cuando un amigo, el poeta Efraín Tomás Bó, lo desafió para que creara su propio arte. Ese mismo año participó en un programa de intercambio que lo llevó a Estados Unidos, donde conoció a líderes de los movimientos por los derechos civiles y de las Artes Negras, visitó la sede de los Panteras Negras en Oakland, California, y participó en manifestaciones en Estados Unidos contra el apartheid sudafricano y la guerra de Vietnam.

Durante su exilio en Estados Unidos, se alojó durante un tiempo en el apartamento neoyorquino de la pintora Ann Bagley. Allí utilizó cerillas y la pintura sobrante de su amiga para seguir creando su arte.

No obstante, cuando llegó el momento de que Nascimento regresara a Brasil, el régimen militar ya había cerrado el Congreso y suspendido las garantías de los derechos constitucionales, una medida que abrió el camino a la institucionalización de la tortura, habitual durante la dictadura. En consecuencia, Nascimento, quien fue objeto de varias investigaciones de la policía militar por su activismo, vivió exiliado en Estados Unidos y Nigeria hasta 1981.

UN DESCUBRIMIENTO INTERIOR

“Me ocurrió algo increíble”, señaló alguna vez Nascimento, quien escribía en portugués, acerca de su estancia en Estados Unidos, según el instituto. “Bloqueado por el inglés, desarrollé una nueva forma de comunicación. Descubrí que tenía otro tipo de lenguaje en mi interior: descubrí que podía pintar; y que pintando podría mostrar lo que nadie decía. Una experiencia difícil de explicar. Lo más apropiado es decir que los orishas han descendido y que pinto en un estado de comunicación íntima con los orishas”, dijo, mencionando a las deidades de la religión candomblé, que se practicó en la clandestinidad durante mucho tiempo en Brasil.

Durante su exilio, hizo su primera exposición, que tuvo lugar en la galería Harlem Art Gallery. En ella se incluía la obra que había realizado durante su exilio y cuadros que había traído de Brasil.

Ahora, la exposición del Museo de Arte Negro en el Inhotim, que se prolongará hasta diciembre de 2023, volverá a exhibir algunas de esas piezas, así como otras que él mismo pintó y algunas que coleccionó de otros artistas a lo largo de los años, con la esperanza de encontrarles un hogar permanente algún día.

MUSEO DE ARTE NEGRO

El primer acto, titulado ‘Tunga, Abdias Nascimento y el Museu de Arte Negra’, les presenta a los espectadores el Museo de Arte Negro, a Nascimento y su amistad con el renombrado escultor brasileño Tunga, quien en 1968 dijo: “A mí parecer, el arte negro fue el primero en romper los grilletes de las imágenes saturadas del Renacimiento”.

Las obras de los escultores José Heitor da Silva y Chico Tabibuia también forman parte del archivo del Museo de Arte Negro, quienes son conocidos por trabajar la madera, una tradición importante en el arte negro brasileño.

Nascimento dijo que el Museo de Arte Negro “era el museo del futuro”, aseveró Deri Andrade, curador adjunto del Inhotim e investigador principal del Projeto Afro, una plataforma creada para mapear y promover a los artistas negros de todo Brasil. “Y ahora lo que tenemos es un encuentro con su legado”.

MT

Anúnciate aquí

Anúnciate aquí

Anúnciate aquí