Nuestras vidas han cambiado, nuestra forma de ver la vida es diferente, todo es distinto, es ahora en donde valoramos la libertad que teníamos hace algunos meses
Francisco Pájaro Anaya
Ahora que estamos en una emergencia sanitaria por la pandemia a nivel mundial, estaba reflexionando del valor que tiene la vida de las personas y como debemos de cuidarnos unos con otros, para tener como finalidad la protección de las vidas de las personas. Parece incluso ahora un deber permanente todas las indicaciones que se nos han dado y que no son otras cosas que cuidarnos y cuidar a los demás. El no salir de casa, el lavarse las manos, el no toser o estornudar, el no dar abrazos o besos, el no poder hacer muchas cosas porque nos tenemos que cuidar es ahora algo cotidiano.
Uno camina, cuando es absolutamente necesario, y las ciudades han cambiado, no hay ese bullicio que identifica a los pueblos, no existe el comercio permanente, no hay quien se dedique a platicar como antes, todos vamos solamente por alimentos o por medicinas y pocos son los que se detienen. A mí me paso el pasado fin de semana que recorrí un tramo de la avenida Juárez aquí en San Juan del Río, que es Patrimonio de la Humanidad, y vi a muy pocas personas, incluso al pasar de un lado a otro no había vehículo alguno.
Nuestras vidas han cambiado, nuestra forma de ver la vida es diferente, todo es distinto, es ahora en donde valoramos la libertad que teníamos hace algunos meses, es ahora en donde vemos la necesidad de tener comunicación con las personas que más queremos, es ahora que se cambia por completo todo lo que hacíamos de manera permanente y nos encontramos ante una realidad: cuídate y vamos a cuidarnos.
Hace unos días, falleció uno de mis amigos, de una situación completamente diferente a la pandemia que nos está afectando, y me recordaba que siempre me comentaba: “haz todo lo que quieras, compra lo que quieras, lo que sea para ti, come bien y tranquilo, salte a pasear, hazlo en vida, porque luego no lo vas a poder hacer.” Y creo que en parte sus palabras fueron ciertas, ahora es cuando no veo la falta de libertad, la falta de poder hacer muchas actividades, pero sobretodo el poder ser uno mismo como lo era. Se extraña por ejemplo ir a dar clases, ir a comer unos tacos, ir a pasear con la familia, todos esos momentos se extrañan muchísimo. De ahí que haya escogido como tema de esta colaboración el de: “El valor de la vida”, porque pareciera que no habíamos valorado nuestras vidas hasta ahora que se nos presenta esta situación a la cual nadie estaba preparado.
Claro, todavía existen personas que no obedecen o que no hacen caso a la situación que estamos viviendo a nivel mundial, sin embargo la inmensa mayoría a puesto mucho empeño de cumplir con los cuidados correspondientes. Y ahora como lo he hecho en las anteriores colaboraciones les pido no salir de casa y cuidarnos unos de otros, porque la vida vale mucho y necesitamos disfrutarla.