Las escuelas, restaurantes y los prestadores de servicios de entretenimiento y eventos son de los sectores que deberán instrumentar más cambios
Seth Pérez
Para conocer la rutina de cualquier persona era común preguntar: ¿A qué hora entras? ¿a qué hora sales? Esto aplica para el trabajo, la escuela y para cualquier reunión de amigos. La vida virtual ha dejado sin relevancia muchas formas de convivir y ante una nueva forma de relacionarnos aparecen nuevas preguntas que implican otra forma de medir. De no tomarse en cuenta, los efectos pueden convertirse en costos, mermas y hasta en factores de grandes problemas. ¿Cómo identificar las afectaciones de la virtualidad?
Por ejemplo, medir el tiempo de pantalla de nuestros colaboradores es una idea simpática pero el tiempo continuo en ella nos mostraría mejor la capacidad de comprensión de las personas. Para diferentes actividades diferentes formas de medir, al igual intervienen muchos otros factores. En este momento de cambio sería recomendable soltar viejas ideas y volver a pensar en los postulados básicos. La simpleza con que formulemos preguntas nos clarificará el camino. ¿Qué activos son los que generan valor o rentabilidad en mi empresa, industria o negocio?
Las escuelas, restaurantes y los prestadores de servicios de entretenimiento y eventos son de los sectores que deberán instrumentar más cambios. Para los prestadores de servicios de alimentación el día a día es el reto constante. El menú debe adaptarse a la poca oferta de productos, a los constantes permisos por incapacidad del personal, las complicaciones de operar y una reducción en el número de comensales permitidos. Los pequeños y medianos restaurantes sufren más si no pueden procesar información. Pero ante la problemática también surgen esperanzas para otros prestadores de servicios: los gestores de información.
Mantener registros de nuestras actividades empresariales no es parte de nuestra forma natural de emprender. Nuestros negocios son con esfuerzo y pocos datos, con amor pero con poca información. El olfato que muchos empresarios desarrollaron para lograr el éxito, poco funciona ante cambios tan drásticos. Los datos validos ahora serán el soporte para evitar morir y aprovechar el renacer que seguramente llegará. ¿Usted ya adaptó sus indicadores empresariales a la nueva realidad? ¿Ya está preparada su empresa para los nuevos clientes?