Cuando hablamos del indigenismo no lo relacionemos con una muñeca ‘Lele’
Sergio Arellano
¿Cuántas veces nos han preguntado por los orígenes de Querétaro? Casi siempre al relatar los antecedentes de nuestro bello estado, se cuenta la leyenda del marqués o quizás la fundación de los arcos. Se habla de la infraestructura y la influencia española. Inclusive de los aportes a nuestra independencia. Sin embargo, ¿qué hay de las raíces indígenas? Porque hasta donde tengo conocimiento, se ignora esta etapa constitutiva. Querétaro y el resto de las entidades tienen una composición intercultural. Aquí me quiero detener.
Cuando hablamos del indigenismo no lo relacionemos con una muñeca ‘Lele’. No cosifiquemos la cultura. El significado es más amplio. En vísperas de elecciones y como consejo jurídico, invitaría a nuestros candidatos a formular propuestas en este aspecto. Primero y, antes que nada, tienen que conocer el contexto. De nada sirve proponer sin conocer la historia y sin ser empáticos. Hoy, pensar en derechos humanos, no es únicamente la sensibilización en las normas sino también entre los individuos. Concientizar a los operadores de la política pública. Imagine la impotencia, estimada o estimado lector, de una persona indígena al no poderse comunicar porque nadie habla su lengua.
Sin ser enseñados a leer y escribir. Vamos a agregar que además de un tema de comunicación, tiene una discapacidad. ¿Seguimos? Qué tal si es lesbiana y pide el reconocimiento de su unión matrimonial, pero desconoce el procedimiento para presentar un amparo. ¿Lo ven? No es tan sencillo y, aunque lo fuera, no es un tema prioritario de la agenda. Cuando las administraciones terminan y entran nuevos servidores públicos, las personas indígenas tienen que empezar de nuevo. Volver a hacer alianzas, acuerdos y canales para ser escuchadas. En el mejor de los casos, resolverán los asuntos con medidas inmediatas. Sin tocar el fondo. Ante la tardanza burocrática, la interacción se vuelve reactiva. ¿Qué está fallando? La seriedad en el compromiso. Se requiere una autoridad especifica que responda las necesidades de esta población. Por otro lado, la comunidad indígena tiene que ser más receptiva para escuchar las reglas de orden común. Ello sin perder su identidad. En resumen, candidatos, ¡busquen la sinergia!