La lenta y paulatina llegada de vacunas provenientes de diferentes países, aunada a un proceso que cuando mucho logra vacunar en un día a sólo 300 mil adultos mayores
Mario Maraboto
Una de las industrias en las que la COVID-19 ha repercutido es la turística, particularmente en México. Por un lado, por el confinamiento el año pasado, México registró una caída histórica de aproximadamente el 46 por ciento con relación a 2019, según datos del INEGI.
Pero por otro lado, el programa de compras de vacunas y el sistema de vacunación en México ha generado un nuevo tipo de turismo al que se ha dado en llamar “Turismo de vacunas” o “Turismo COVID”.
La lenta y paulatina llegada de vacunas provenientes de diferentes países, aunada a un proceso que cuando mucho logra vacunar en un día a sólo 300 mil adultos mayores, ha generado desesperación en este importante sector de la población, uno de los más vulnerables, cuyo resultado es este “turismo COVID”; personas que, según sus capacidades económicas, viajan a otra ciudad o a otros países con visa de turista con el fin de ser vacunados.
Este turismo tiene una doble vertiente: por un lado genera un movimiento de la economía con motivo del viaje, la alimentación, el hospedaje, etcétera, pero por otro lado se torna en un turismo que, en el caso de México, quita la oportunidad de vacunación a los residentes de cada ciudad al rebasarse el número estimado de vacunas necesarias en dicha localidad. Podría decirse que es un turismo tramposo por el que quien más puede se aprovecha de los que están al amparo de los tiempos y cantidades de vacunas. Hay quienes viajan a Estados Unidos, como es el caso de miles de residentes en la franja fronteriza que trabajan de aquél lado o tienen doble nacionalidad, o personas con suficientes recursos para ir las veces que sea necesario, independientemente de dónde vivan.
Lo mismo es para los que, por ejemplo, residen en Querétaro y buscan la vacuna en Guanajuato; otros que viven en Puebla y viajan a la Ciudad de México con el mismo motivo; algunos más que viven en ciudades de Chiapas y tratan de vacunarse en Tabasco; es un fenómeno que se repite en casi todos los estados del país. Inclusive en la Ciudad de México hay quienes buscan vacunarse en alcaldías en las que no residen, desesperados porque luego de 3 meses de iniciar el proceso no ven para cuándo llegarán las vacunas a su sitio real de residencia.
Independientemente de cómo lograr acreditar un falso domicilio, este “turismo Covid” es resultado de lo mal que se ha enfrentado la pandemia por parte del Gobierno federal.