Al presentarse algunas dificultades para poder torear, simple y sencillamente por ser mujer, decide retirarse
Juan Carlos Sámano
A través de la historia del toreo, la mujer siempre ha estado presente en un albero, mostrando, al igual que los varones, sus depuradas dotes técnicas, un gran conocimiento de la lidia, pero, ante todo, un valor a prueba de cualquier cosa, y es por ello que en cualquier época podemos hablar de toreras importantes que han puesto su nombre en alto.
Desde aquella cuadrilla de jovencitas barceloneses conocidas como “Las Noyas” en 1895, pasando por Nicolasa Escamilla “La Pajuelera”, María Salomé “La Reverte”, Juanita Cruz, Conchita Cintrón, por citar algunas, hasta llegar a las figuras femeninas de nuestros tiempos, la mujer ha tenido que padecer tanto discriminaciones como algunas prohibiciones que sin duda alguna limitaban su actuar en los diversos cosos del mundo taurino.
En México no fue la excepción. Y es así como en el año de 1951 se presenta por primera vez, a los 11 años de edad, en un festival alternando con Carlos Arruza, una niña que compaginaba la charrería y toreaba a pie vistiendo dignamente el traje de charro. Juanita Aparicio, hija de Paco Aparicio, quien llegaría a torear tanto en España, Portugal y Francia, y que fuera quien transmitiría a Juanita esa afición por los caballos, el ganado y la tauromaquia. Sumó un total de 45 festejos en su haber, y tuvo grandes tardes presentándose en La Plaza México cortando importantes trofeos y yéndose por delante de sus alternantes masculinos. Sus triunfos la llevaron a partir plaza en Sudamérica y llegó a alternar con otra importante torera norteamericana, Patricia Mc Cormick.
Al presentarse algunas dificultades para poder torear, simple y sencillamente por ser mujer, decide retirarse, lo cual sucedió en el Toreo de 4 Caminos, y decide regresar dos años después, ya a la edad de 25 años, para retirarse de manera definitiva en noviembre de 1959. Ya disfrutando del retiro se avecindó en la Ciudad de Querétaro, colaborando de manera comprometida con el Centro Taurino Queretano y un grupo de aficionados taurinos Queretanos de cepa, con la finalidad de poder crear un Museo Taurino, proyecto que por desgracia solo se quedó en el proceso de recabar algo de material para éste fin.