El formato no abonó ante las limitantes e interrupciones, réplicas y contrarréplicas que dejaron más interrogantes que respuestas
Alhelí Lara
@alhelilara
Duelo de moderadoras no de candidatos. Así lució el primer debate de aspirantes a la gubernatura de Querétaro.
Este ejercicio promovido por el Instituto Electoral del Estado de Querétaro (IEEQ) que se llevó a cabo en el Centro de Negocios en la UAQ, fue un encuentro, no un debate, cuyo formato no sólo fue tedioso sino hueco, colmado de propuestas tibias y señalamientos más encaminados a rasguñar que a dar golpes duros, secos, y contundentes, que guíen a un electorado ávido de soluciones reales.
Duelo también, de ocurrencias, donde el gran ganador fue el silencio y el gran perdedor el cómo…cómo hacer que sucedan las cosas. Es fácil lanzar como propuesta la castración química como pena para violadores, o la expropiación de tierras ejidales… pero hacerlo, ¿es viable?
El formato no abonó ante las limitantes e interrupciones, réplicas y contrarréplicas que dejaron más interrogantes que respuestas. El tiempo corre y los aspirantes deben mostrar un músculo fuerte que convenza al queretano. Ayer, mucho ruido afuera de la UAQ con las porras para Abigail Arredondo y el sonido de cumbia de Celia Maya, pero pocas nueces en el foro.
El ambiente y encuentro real estuvo afuera. Dos porras bailaban a un mismo son: el PRIMOR hombro con hombro en espera de levantar la mano de su aspirante y cantar victoria. Lo cierto es que en este debate nadie ganó, ni siquiera el ciudadano.
A casi un mes de haber iniciado las campañas, el electorado aún desconoce las propuestas y, peor aún, a los candidatos. Si bien la COVID-19 modificó la forma en la que se realizan los actos proselitistas, el ingenio de los estrategas para captar la atención e intención de voto deberá mejorar en los próximos días.