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Estudian en Querétaro bacterias que degradan antivirales COVID en aguas residuales

Investigación del la Unidad Académica del Instituto de Ingeniería de la UNAM Juriquilla ha logrado degradar casi al 100 por ciento medicamentos contra el COVID-19

Gonzalo Flores

El metabolismo de los bacterias que se generan en las aguas residuales sirven para la degradación de los residuos de los tratamientos de antivirales que se utilizan para atacar el virus SARS-CoV-2 que provoca la COVID, aseguró el doctor Francisco Javier Cervantes Carrillo, investigador de la Unidad Académica del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Campus Juriquilla.

“En años recientes, nos hemos abocado a la investigación de la degradación de antivirales que se han utilizado para combatir el SARS-CoV-2”, comentó.

Explicó que lugares como hospitales, donde se tratan a las personas que se han contagiado de las diversas variantes de COVID-19, donde antivirales, antibióticos y cualquier otro fármaco, en su gran mayoría, se excretan por la orina para ir directamente a las aguas residuales y si esas aguas no son tratadas adecuadamente, son fuentes de contaminación.

“Hay estudios que indican que algunos fármacos sí tienen un impacto en la biodiversidad de los cuerpos acuáticos como ríos, lagunas y mares, por lo que encontramos que hay bacterias que ayudan a degradar esos antivirales”, indicó.

La investigación que se desarrolla, ha detectado la degradación de antivirales como la ribavirina y el tenofovir. Está investigación consiste en pruebas piloto a nivel laboratorio para emular aguas residuales que provienen de un hospital y que tengan esos antivirales dentro de bioreactores anaerobios para conocer el comportamiento de las bacterias.

“En estos bioreactores, las bacterias solitas, digamos, pueden degradar entre 20 y 40 por ciento de la cantidad de antivirales que están presentes contaminando esas aguas, pero si a ese bioreactor, además de las bacterias, le agregamos algunos elementos catalíticos, un catalizador es un elemento que acelera las reacciones, por lo que de otro afluente metalúrgico de dónde nosotros recuperamos metales catalíticos, agregamos una pequeña porción de esos minerales y únicamente con el 5 por ciento del total de biomasa, fue suficiente para acelerar y potenciar el proceso de degradación de tal manera que se alcanzó casi el 100 por ciento de la desaparición de antivirales”, detalló.

Es decir, se utiliza la actividad metabólica de las bacterias para atacar este tipo de estructuras que son complejas, difíciles de degradar, con el poder catalítico de metales que se han recuperado de otra afluente.

“El concepto que queremos desarollar con esto es aplicar en bioreactores enriquecidos con estos minerales para que tengan un mejor desempeño a la hora de tratar afluentes de aguas residuales de industria farmacéutica, de hospitales o donde se espera la presencia de este tipo de antivirales contaminantes”, destacó.

Francisco Javier Cervantes aseguró que dentro de la Unidad Académica del Instituto de Ingeniería ya se han desarrollado sistemas para la aplicación a gran escala para el tratamiento de agua de grandes cocinas, grandes hoteles en la Riviera Maya, aguas municipales en algunos condóminos, pero todavía hace falta su aplicación en Querétaro.

“Nuestro grupo combina la investigación básica para entender desde el comportamiento de la bacterias pero con ingeniería aplicada para solucionar temas muy concretos a la hora de hablar del tratamiento de aguas residuales”.

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