Los Gobiernos sunitas de todo el mundo árabe no quieren a Hamás, pero su contundente mensaje de que atacaría a Israel para defender Jerusalén y Al-Aqsa tocó fibras sensibles, señaló Khaled Elgindy, director del programa de Palestina en el Instituto de Medio Oriente. Gaza es una cosa, pero “Jerusalén es importante para la Liga Árabe y para las evidentes partes interesadas, como los jordanos y los sauditas”, quienes fungen como guardianes de los lugares sagrados del islam, comentó.