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‘Bobi’, el perrito más viejo del mundo, muere a los 31 años

El can murió en su casa en Portugal este fin de semana. / Especial
El can murió en su casa en Portugal este fin de semana. / Especial

Guinness World Records indicó que Bobi falleció el 21 de octubre, cuya muerte fue anunciada por su veterinaria, Karen Becker

Bobi, un perro de raza Mastín del Alentejo; batió el récord Guinness como el can vivo más longevo del mundo. Sus 30 años de edad, no pasaron desapercibidos; puesto que la mayoría de mascotas rondan los 13 a 17 años de vida.

Razón por la cual, el animal volvió a ser noticia, ya que falleció este fin de semana. El can murió en su casa en Portugal a los 31 años y 165 días de edad; después de que Guinness confirmó el deceso; de la mascota que nació el 11 de mayo de 1992 en la localidad lusa de Conqueros.

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A través de su página oficial, la organización precisó que Bobi pereció el 21 de octubre. Su muerte fue confirmada por la doctora Karen Becker, veterinaria que lo atendió en repetidas ocasiones.

Bobi vivió más de tres décadas

“Anoche, este dulce niño se ganó sus alas. A pesar de sobrevivir a todos los perros de la historia. Sus mil 478 días en la tierra nunca serían suficientes, para aquellos que le querían. Buena suerte, Bobi. Has enseñado al mundo todo lo que debías enseñar”, escribió la especialista.

El perro consiguió el título del can más viejo del mundo y el más viejo de la historia el 2 de febrero de 2023.

Fue registrado en 1992 en el Servicio Médico Veterinario del Ayuntamiento de Leiria, que confirmó su fecha de nacimiento.

La edad de la mascota fue verificada por una base de datos animales de compañía autorizada por el gobierno portugués y gestionada por el Sindicato Nacional dos Médicos Veterinarios (SNMV).

De acuerdo con Leonel, propietario del canino, el entorno “tranquilo y pacífico” en el que vivía con él, contribuyó al récord. Además, nunca fue atado, encadenado ni sujeto con correa. Siempre disfrutó de la naturaleza que rodeaba su hogar.

En paralelo, Leonel cree que la dieta de Bobi también contribuyó a su larga vida; puesto que se alimentaba exclusivamente de comida humana. “Lo que comíamos nosotros, lo comían también”. 

Con información de Excélsior

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