La presencia de Helene en el golfo provocó la emisión de alertas de huracán e inundaciones repentinas que se extendían hasta el norte de Georgia y el oeste de Carolina del Norte. Antes de que tocara tierra, sus intensos vientos ya habían causado una interrupción del suministro eléctrico en casi 900.000 viviendas y negocios de Florida, según el sitio poweroutage.us, especializado en dar seguimiento a suspensiones en el servicio. Los gobernadores de Florida, Georgia, las Carolinas y Virginia declararon el estado de emergencia en sus estados.