“La Secretaría de Educación Pública, en voz del secretario Aurelio Nuño, prevé entregar por día 33 escuelas de nivel básico remodeladas; hasta que concluya el sexenio. Estamos hablando de un poco más 33 mil escuelas para los próximos tres años, de los 150 mil inmuebles que hay en total”. (Sonia del Valle. Periódico Reforma. 12/01/ 2016).
Como dijo el humanista alemán Erich Kahler, estamos en un laberinto entre lo que puede considerarse permanente en el hombre y lo que cambia con el crecimiento de las unidades políticas, la transformación tecnológica de nuestro modo de vida, la unificación del planeta y la ampliación de la conciencia del hombre. (Erich Kahler, “Nuestro Laberinto” Fondo de Cultura Económica, México D.F. 1972),
Deliberadamente o no, se confunden las cosas que a todas luces parecen lógicas. Se invierten los medios por los fines, sin importar o importando mucho, que estas confusiones son redituales políticamente, aunque no generen educación o crecimiento personal para desarrollar el potencial que todos tenemos. De la expansión que propicia la educación humana, saldrán los individuos y las ideas que nos guiaran para salir del laberinto. (Ramón Ferreiro y otros. “La Creatividad: un bien cultural de la humanidad. Trillas. México D.F. 2008”).
Remodelar escuelas, entregar becas, tabletas y computadoras, así como otros servicios asistenciales, ayuda pero no son determinantes en última instancia para la formación de las Generaciones del Milenio. En plena Revolución Rusa, en las peores condiciones materiales, económicas y sociales, el maestro Lev Semenovich Vigotsky, educando a cientos de huérfanos, dejados sin padres por la guerra civil, pudo crear el paradigma psicológico conocido como Constructivismo Social. Esta corriente es seguida en todos los países avanzados educativamente, entre ellos Estados Unidos, en donde ahora, las ideas de Vigotsky son vanguardia. (Enrique García. “Vigotsky: la construcción histórica de la psique”. Trillas. México D.F. 2012). Por eso uno se pregunta ¿De dónde saldrán los individuos con la imaginación y la creatividad necesaria para salir de la confusión. Las investigaciones realizadas demuestran, que todos tenemos la capacidad de imaginar e inventar productos e ideas nuevas, siempre y cuando tengamos oportunidades para desarrollar las aptitudes de cada quien. Hace falta, pues, educación genuina. Si la educación no es para ayudarnos a vivir, entonces es solo un pasatiempo. Recordemos que Baddeley (1990) nos revela, que la especie humana sobrevive por dos mecanismos adaptativos: la programación genética y el aprendizaje. (Ignacio Pozo Municio. “Aprendices y Maestros: la nueva cultura del aprendizaje” Alianza Editorial. Madrid, 2003.
No debemos olvidar, que la humanidad esta amenazados por el Cambio Climático, crisis que nos puede llevar, entre otros muchos desastres, a las sequias, el encarecimiento de los alimentos, y el hambre. Sera la imaginación, producto de la creatividad de las mujeres y los hombres, lo que nos conduzca a la salvación y a salvar al planeta. En lo interno, nuestra sociedad esta permeada por la falta de transparencia, la corrupción, la impunidad y su consecuencia la delincuencia organizada. La verdadera educación y no las cosas que la apoyan, son las que forjaran la creatividad con la que se fortalecerá la moral pública y la conciencia de los individuos. Solo así se creara el baluarte desde donde surja la reconquista de la honestidad, la honradez, la transparencia, la rendición de cuentas y la verdadera justicia. Unos cuantos marinos y un par de policías federales nos mostraron lo que se puede hacer si hay moral, conciencia y voluntad de poder.
El desempleo y el hambre son dos caras de una misma moneda. Construir obras gigantescas y prioritarias como lo hicieron los norteamericanos en la década de los treinta del siglo pasado, pueden crear millones de empleos e impulsar la economía individual y colectiva. Pero la educación en México seguirá naufragando, si la dirigen quienes no tienen preparación o experiencia, pero si errores, abusos y disparates. Lo peor es que se sientes dueños de las instituciones que les encargan y salvo honrosas excepciones se dedican a colocar a su alrededor a subordinados que son sus amigos, recomendados y a damas de compañía, que tienen en común las mismas aberraciones de los que los encumbraron. El tiempo apremia, el desastre está a la vista.
Por: Amado López Guerra