La contabilidad es, para algunos, el lenguaje de los negocios; es la metodología que nos permite conocer la realidad económica de una empresa y con ello, tomar las mejores decisiones. En materia fiscal, es cosa de vida o muerte.
Con base en la contabilidad es como demostramos a las autoridades fiscales que hemos cumplido correctamente con nuestras obligaciones, si no se tiene o no es precisa, se pueden generar cuantiosas contingencias que ocasionen incluso el cierre del negocio. La responsabilidad de una buena contabilidad no debe delegarse en su totalidad a los contadores, los dueños de las empresas deben asegurarse de que la información está ordenada, atiende a la realidad y, además, que incluye la documentación soporte de todas las operaciones.
En la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon) hemos conocido diversos casos en que por la falta de una adecuada contabilidad, empresas se enfrentan a créditos fiscales millonarios que tienen que llevar a tribunales con el riesgo de que se resuelvan en su contra.
Por otro lado, Prodecon también ha detectado casos en los que las autoridades analizan erróneamente la información del contribuyente y determinan créditos fiscales absurdos que resultan prácticamente impagables. Tal es el caso de la Recomendación 1/2016 de nuestra Delegación de Prodecon en el Estado de México que puede consultar en www.prodecon.gob.mx
En dicha Recomendación se denuncia un caso extremo. La autoridad coordinada del Estado de México concluye, como resultado de su auditoría, que todos los depósitos observados en las cuentas bancarias de un contribuyente son ingresos no facturados y por lo tanto, los adiciona al monto de sus ventas declaradas, esto es, ante la imposibilidad de que la contabilidad del pagador de impuestos, a decir de la autoridad, demuestre que los depósitos recibidos corresponden a las facturas emitidas, llega a un par de absurdas conclusiones:
- a) Prácticamente el 100% de las facturas emitidas durante un ejercicio no fueron cobradas, o al menos el cobro no se ve reflejado en las cuentas bancarias.
- b) Prácticamente el 100% de los depósitos corresponden a ingresos NO facturados con lo que presume, se trata de ingresos adicionales.
Esto se ejemplifica considerando que, si el contribuyente declaró ingresos por $4,900,000.00 como resultado de las facturas emitidas y, a decir de la autoridad, los $4,850,000.00 depositados en sus cuentas bancarias no guardan relación alguna con dichas ventas (facturas), se concluye entonces que los ingresos acumulables del contribuyente fueron $9,750,000.00.
Imagínese usted lo difícil que puede ser para una gasolinera –no es el caso de nuestro contribuyente- vincular los depósitos con sus ventas. Cuando se pagan con tarjeta de crédito no hay problema pero qué hacer con los cientos de operaciones en efectivo, ¿ha visto el fajo de billetes que carga cada operador?
Le recomiendo ampliamente que revise su contabilidad, sea lo más escrupuloso posible en la evidencia de cada operación; asegúrese de tener bien identificados sus depósitos y de contar con toda la documentación soporte de sus deducciones, los excesos de confianza en esta materia le pueden generar grandes problemas.
Finalmente, si le están practicando una auditoría no deje de acercarse a Prodecon, revise en qué consisten los ‘Acuerdos Conclusivos’, podemos ayudarlo con este y cualquier otro problema en materia fiscal federal, nuestros servicios son totalmente gratuitos.
Hasta la próxima.
Por: Francisco Javier Ceballos Alba, Subprocurador de Protección de los Derechos de los Contribuyentes.
Procuraduría de la Defensa del Contribuyente