Se cumplen este domingo 106 años del inicio del movimiento de la Revolución Mexicana, movimiento que surge a las 6 de la tarde de un día como hoy en donde se desconoce al gobierno del General Porfirio Díaz y del vicepresidente Ramón Corral. Este hecho significo también la lucha del pueblo mexicano frente a los 30 años de gobierno del General Díaz, una lucha frente a la opresión de los hacendados sobre los campesinos y trabajadores, una lucha frente a la injusticia social.
Se tiene que recordar de igual forma que con el inicio de este movimiento también se proclamó la necesidad de la protección de diversas garantías que los mexicanos no tenían o no se respetaban y de ahí que uno de los frutos más importantes del movimientos revolucionario fue la modificación de la Constitución de 1857 que dio como resultado el nacimiento de la Constitución Federal de la República de 1917, misma que el año entrante cumplirá un siglo de existencia. Este hecho nos llena de orgullo a los queretanos, ya que en la ciudad de Santiago de Querétaro fue uno el lugar donde surge la carta magna que actualmente nos rige.
El personaje que sin duda es el más importante para el inicio del movimiento revolucionario lo es Francisco Ignacio Madero, quien a pesar de todas las contradicciones que sobre él se pusieron por la oposición del Presidente Díaz y con todo un sistema en contra de él para su candidatura a la Presidencia de la República, logra derrotar al anciano gobernante en 1911 y logra ser Presidente de la República hasta 1913 cuando un golpe de estado es derrocado por el traidor de Victoriano Huerta en lo que se conoce como la Decena Trágica.
Y sin duda la persona que más apoyo al Presidente Madero en el inicio del movimiento revolucionario fue sin duda su esposa doña Sara Pérez Romero de Madero, una queretana, una sanjuanense de nacimiento.
Sara Pérez Romero nació en San Juan del Río el día 19 de junio de 1870, hija del hacendado Macario Pérez y de su esposa Felipa Romero. Según su acta de nacimiento que se encuentra en el Archivo Histórico de la ciudad nace en la actual calle de Guerrero antigua calle de las Estaciones, una de las más antiguas de la ciudad y con más tradición.
Toda la infancia de Sara Pérez se desarrolla en la Hacienda de Arroyo Zarco, donde recibió clases particulares, pero en 1893 fue enviada al Colegio de Notre Dame, en San Francisco California, donde conoció a las hermanas Mercedes y Magdalena Madero; gracias a ellas fue como conoció a Francisco Ignacio Madero, con quien entabló un noviazgo que se consumó en matrimonio que fue celebrado el día 28 de enero de 1903 en la capital de la república y que fue celebrado por el arzobispo de México don Próspero María y Alarcón Sánchez de la Barquera.
Siempre Doña Sara acompañó a don Francisco, ella fue la quien probablemente inspiro muchas de las acciones que se realizaron y siempre estuvo al lado de su esposo. Así, por ejemplo, en 1909, cuando Madero fue encarcelado en Monterrey, doña Sara vivió con él en la prisión, pero al ser trasladado a la San Luis Potosí, se vio forzada a rentar una casa cerca de la penitenciaría, pues no se autorizó que ella viviera junto a él.
Cuando Madero asume la Presidencia de la República, doña Sara fue objeto de diversos ataques y burlas, que incluso llegaron al extremo de ridiculizarla diciéndole “sarape de Madero”, jugando con el nombre de Sara, el origen coahuilense de don Francisco y el hecho de que el Presidente se hacía acompañar por ella a todas partes.
Es de destacar que doña Sara junto con Elena Arizmendi de Mejía, fue promotora en 1911 de la fundación en la Ciudad de México de la Cruz Blanca Neutral por la Humanidad, misma que estaba integrada por médicos, enfermeras, estudiantes de medicina y voluntarios dispuestos a prestar auxilio en los campos de batalla.
Durante la Decena trágica, el movimiento que destituyó al presidente Madero, doña Sara fue protegida por el embajador de Cuba en México el señor Manuel Márquez Sterling, quien pudo obtener su salida de México hacia la isla después del asesinato de Madero. En 1915 doña Sara regresa a México desde Estados Unidos y fijo su residencia permanentemente en la calle de Zacatecas número 88 en la colonia Roma, en la Ciudad de México, en donde muere el jueves 31 de julio de 1952 a las 19:20 horas. Cerca de 40 años permaneció en viudez y con el dolor de la pérdida del único presidente elegido democráticamente en México, el Presidente Madero.
San Juan del Río y el estado de Querétaro se sienten orgullosos de ser la cuna de la esposa del iniciador de la Revolución Mexicana. A ella nuestro reconocimiento y creo que aún falta más por conocer de su vida y de su labor callada al lado del mártir de la Revolución.
