El vivir en San Juan del Río yo lo sigo considerando un privilegio, y más si vives en la zona del centro de la ciudad, no propiamente en lo que conocemos como Centro Histórico, sino en la zona que tradicionalmente es considerada como la zona primaria o zona tradicional de los sanjuanenses.
Yo, desde que nací (y creo a los cuatro o cinco días que vi la luz de este mundo) llegué a la casa de mis padres y, desde hace unas décadas, pues vivo en el mismo lugar y me gustaría seguir viviendo en este mismo espacio. La zona centro de la ciudad es donde encontramos todo, y al hablar de “todo” es la realidad en San Juan del Río.
Desde lo básico para la casa, como puede ser la despensa, hasta los colegios, las oficinas de gobierno, las iglesias, las farmacias, los médicos, etcétera… todo se encuentra en el centro.
Aunque claro está, muchas otras partes de la ciudad han crecido también de manera impresionante y con mucha vitalidad, sobretodo en la zona que conocemos como zona oriente, o algunas comunidades que es sorprendente ver la cantidad de personas que actualmente habitan.
Volviendo a platicar de las calles del centro de San Juan del Río, en ellas todavía se puede caminar tranquilamente, se puede salir a pasear, a lo mejor a comprar un pan a alguna de las panaderías famosas de esta zona, e ir a visitar a los amigos o a los familiares sin ningún problema. El trasladarse al trabajo caminando, en mi caso, lo hago en 10 minutos, sin ninguna molestia y a un paso tranquilo.
Algunas cosas si han cambiado. Ejemplo: la cantidad de tráfico es más pesado en determinados momentos, y eso a veces es complicado para quienes tienen la necesidad de pasar por el centro en coches.
Todavía recuerdo como en la calle donde vivo, hasta antes del 2011, era una calle muy tranquila para la circulación de los vehículos; desafortunadamente, una decisión errónea de la autoridad municipal hizo que ahora pasen varias rutas del transporte público, con las consecuencias negativas que se tienen como el tráfico que provocan, el ruido, la contaminación y la destrucción de las calles por el peso de los vehículos que no son los adecuados para transitar en las avenidas tan pequeñas como son las de nuestra ciudad.
Aún recuerdo como, de niños, jugábamos en las calles o nos salíamos a platicar tranquilamente en las banquetas o en los escalones de las casas donde existían.
Todo ha cambiado. Sin embargo, la ciudad de San Juan del Río sigue siendo una ciudad tranquila para vivir.
Un hecho que me llevó a reflexionar sobre la tranquilidad de mi calle y de la ciudad fue el desafortunado suceso del pasado miércoles 4 de enero, en donde, aprovechándose del descontento general que existe y que todos tenemos del alza de la gasolina y por consecuencia de todo lo que depende de este producto, un grupo de “personas” convocó a manifestarse y a tomar una tienda de autoservicio que se encuentra por la calle donde vivo.
En mi vida había visto que sucediera lo que pasó: chicos llegando y gritando, personas en motocicleta llamando la atención, policías y agentes de seguridad, espacios cerrados. Fue una escena digna de algún país en guerra civil o en constantes manifestaciones. No me opongo al derecho de manifestación, pero el utilizar ese derecho para intentar saquear un establecimiento, para amenazar, para intimidar, no es lo correcto ni lo váido.
Lo más penoso fue ver que la mayoría de los ahí reunidos eran jóvenes entre 17 y 20 o 22 años, no más: jóvenes que apenas comienzan a vivir y que fueron o son manipulados por las redes de comunicación, que no tienen valores y que piensan que la violencia es el único medio de cambiar las cosas.
Al final de esta situación, la autoridad municipal detuvo a más de 20 personas e hizo concluir esa reunión persiguiendo a los jóvenes, quienes salieron despavoridos por las calles que rodean el centro comercial, haciendo que en mi mente pasaran imágenes semejantes a las vistas en la televisión de lo que sucede en otros países.
Yo espero que la tranquilidad de la ciudad de San Juan del Río no se pierda, que podamos seguir conviviendo y caminando tranquilamente por nuestras calles, que podamos seguir viviendo en paz.
Sí, es necesario alzar la voz en contra de la injusticia, pero siempre en el marco del respeto y de la ley, esa es la base de los triunfos y de los cambios de la sociedad. San Juan del Río y Querétaro merecen seguir viviendo en paz.