La mayoría de las ciudades que aspira a ser más eficiente y, por consiguiente, sostenible y sustentable (Smart City) realiza esfuerzos significativos en materia de transparencia, gobierno abierto y servicios públicos digitales, incrementando la eficiencia estratégica gubernamental y dotándola de nuevas tecnologías para agilizar los trámites administrativos.
Modernizar su infraestructura, simplificar los procesos y las herramientas de gestión y convertirla en una ciudad más ecológica en beneficio de sus ciudadanos son cambios que también implementan.
La creación de este nuevo ecosistema digital genera la necesidad de contar con una metodología, que ayude a medir la gestión del desempeño de los servicios que la ciudad proporciona, mediante indicadores que brinden información para el análisis dirigido a la toma de decisiones respecto a las políticas públicas para operar dichas ciudades.
El comité AEN/CTN 178 ‘Ciudades Inteligentes’ de Aenor (Asociación Española de Normalización y Certificación), cuyo objetivo es el de normalizar los principales aspectos de una Ciudad Inteligente, elaboró la norma UNE 178202:2016 Ciudades inteligentes, Indicadores de gestión en base a cuadros de mando de gestión de ciudad.
Esta norma define y establece un conjunto de indicadores para la creación de un cuadro de mando de gestión que guíe y mida el desempeño de los servicios urbanos y la calidad de vida, pensando en los ámbitos del modelo de ciudad inteligente, orientados al desarrollo económico, social, ambiental sostenible de las ciudades y el bienestar de vida de los ciudadanos, logrando una implementación exitosa para llegar a ser una ciudad Smart.
Ese es quizá el reto más importante que enfrentamos. Garantizar el uso de mejores tecnologías en la ciudad no implica renunciar a un futuro mejor. Requiere estar conectada para optimizar sus procesos y sistemas, hacer más eficientes sus redes técnicas para saber dónde hace falta más flujo de agua, de electricidad o a qué hora pasa un autobús. Eso significa modernizarla y adaptarla a las grandes necesidades de su población. Solo así se entiende cómo la vida urbana ha prosperado hasta nuestro tiempo.