Parece contradictorio que en la 41 Annual Global End of Year Survey de Gallup International, México logre la posición cuatro de países felices, contrastando con la posición cinco de países pesimistas, sin esperanza y el lugar ocho en pesimismo económico. ¿Por qué no hay una relación entre riqueza y felicidad? ¿Será que la riqueza está relacionada con la apatía?
En contraste, ninguno de los países que figura en los primeros lugares del Better Life Index de la OCDE se encuentra en las posiciones extremas de la encuesta sobre felicidad y esperanza de Gallup. Lograr la felicidad no motiva acuerdos de cooperación con otras naciones; al contrario, muchos de los primeros lugares de la encuesta han sido objeto de políticas de rechazos por parte de nuestro vecino del norte a diferencia de los comentarios y afinidad mostrada con países exitosos en índices de bienestar y riqueza como Noruega. ¿Dinero llama a dinero, pero no a la felicidad?
La película ‘The Greatest Showman’ nos muestra elementos que pueden ayudarnos a encontrar algunas pistas. La historia de P. T. Barnum, fundador del actual circo Ringling Brothers, muestra a un hombre persiguiendo un sueño que parecía imposible. Al alcanzarlo, junto con el éxito económico, pierde el rumbo y con ello la verdadera fuente de su felicidad.
Posteriormente se da cuenta que parte de la razón que lo llevó a triunfar era el compartir con otros ideales comunes, ayudándoles a lograr sus deseos y aceptando la diversidad.
En México, con la falta de Estado de derecho, la corrupción, la ausencia de certidumbre y rumbo económico, cualquier emprendimiento podría visualizarse como un fracaso total; sin embargo, hay espacio para triunfar. Nuestros proyectos, además de rentabilidad, incluyen ilusiones en común. La historia de nuestro país parte de la diversidad que posiblemente nos permita aceptarnos y ayudarnos.
Probablemente como otros países, algunos políticos y empresarios solo han perdido el rumbo y por ello no logramos el primer lugar en felicidad
¿Usted qué opina?